Relato de la desaparición de un pueblo
16 de marzo de 2018La escalada de violencia en el conflicto entre indígenas y madereros en la Amazonia llevó a Thomas Fischermann en 2014 a Humaitá, en el sur del Amazonas. La muerte de tres colonos en la región era el punto de partida del periodista alemán para un reportaje.
Su primer intento de contacto con miembros de la etnia tenharim, de la cual cinco integrantes estaban siendo señalados como autores de los asesinatos, fue impedida por militares enviados para reforzar la seguridad en el área conocida como 180, ubicada exactamente en el kilómetro 180 de la carretera Transamazónica.
Días después de este intento frustrado, Fischermann hizo el primer contacto con los tenharim. En ese tiempo, el periodista alemán, que no tenía gran ambición por contactos extremos con la naturaleza ni era fánatico de acampar, no imaginaba que el reportaje sería la inspiración para el libro "Der letzte Herr des Waldes" (El último señor de la selva).
En "Der letzte Herr des Waldes", el periodista da voz al joven guerrero Madarejúwa, de 21 años, que comparte con el lector un poco de la historia, cotidianidad, cultura y desafíos enfrentados por su pueblo.
"Inicialmente pretendía escribir un libro-reportaje clásico sobre la Amazonia y lo que estaba sucediendo con los pueblos indígenas, pero con el tiempo sentí que necesitaba un protagonista. Los tenharim tienen mucho que decir y hablan mucho mejor sobre la realidad de su bosque que yo como visitante", dice Fischermann.
Cultura amenazada
En los cuatro años que siguieron al primer viaje a Humaitá, Fischermann regresó varias veces a la región para entender los conflictos que ocurrían allí. Y también para conocer a fondo la cotidianidad de la etnia Tenharim y los desafíos que enfrentan ante el encogimiento de su reserva, deforestada ilegalmente por madereros, garimpeiros y hacendados.
Actualmente, cerca de mil indígenas forman parte de la etnia, que llegó a tener más de 10 mil miembros. El grupo vive en una reserva ubicada en el sur del estado Amazonas, atravesada por la carretera Transamazónica, inaugurada en la década de 1970. La carretera trae consigo amenazas que ponen en riesgo la selva y sus poblaciones.
Respeto a la naturaleza
Por el momento, el resultado de la incursión de Fischermann en el bosque puede ser conocido sólo en alemán. No hay planes para traducir "Der letzte Herr des Waldes" al portugués o al español. El autor quisiera publicar la obra en Brasil, pero lo ve difícil.
"Durante el período que viví en Brasil, percibí que los temas de la región amazónica despiertan poco interés por allá. Varios lectores de mi columna en DW cuestionaban por qué yo escribía sobre la Amazonia si había otras regiones mucho más interesantes en Brasil. Claro que hay muchas regiones interesantes en el país, pero para mí la Amazonia es una de ellas", afirma el periodista.
Además de descubrir el gusto por dormir al aire libre en la selva, la convivencia con los tenharim llevó al periodista a reflexionar más sobre su propia cotidianidad.
"Fue un privilegio y un gran honor vivir esa cultura y ver muchas cosas que puedo usar en mi vida, podemos aprender mucho de los indígenas, no cómo vivir en el selva, sino cómo respetar la naturaleza", destaca.
Autora: Clarissa Neher (RRR/DZC)
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