Refugiados: Europa puede aprender de Indochina

Desde hace varios años, cientos de miles de personas cruzan el Mediterráneo huyendo de las circunstancias adversas más disímiles y buscando un futuro más prometedor en Europa. Este fenómeno trae a la memoria la crisis de refugiados registrada en el sureste de Asia en los años setenta y ochenta del siglo pasado. En aquel momento, muchas personas provenientes de Vietnam, Camboya y Laos se echaron al mar para escapar de las dictaduras comunistas que imperaban en sus países. No fueron pocos los que murieron en el intento, pero más de tres millones pidieron asilo en varios Estados de la región y muchos otros buscaron refugio en Europa y Norteamérica.

Hoy, como continente receptor de numerosos refugiados, Europa atraviesa una crisis. Una Unión Europea profundamente dividida acordó recientemente redistribuir a 120.000 de los solicitantes de asilo en su territorio para aliviar la carga que Grecia e Italia llevan sobre sus hombros desde hace años. Cuatro socios del bloque comunitario votaron en contra del plan, a pesar de que las 120.000 personas en cuestión representan un contigente relativamente pequeño: ese es el número de refugiados que llegó a Europa en un lapso de veinte días, según los cálculos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

Frente a semejante desafío, cabe preguntarse qué puede aprender el Viejo Continente de quienes han superado retos similares en el pasado. Courtland Robinson, profesor asociado de la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins Bloomberg, con sede en Baltimore, asegura en entrevista con Deutsche Welle que la crisis de refugiados de Indochina encierra una lección o dos para Europa.

Deutsche Welle: ¿Cuáles fueron las principales razones detrás de la crisis de refugiados de Indochina?

Courtland Robinson: El principal motivo fue el ascenso de regímenes comunistas muy represivos en Vietnam del Sur, Laos y Camboya en en 1975.

¿Qué impidió que los países vecinos respondieran aporopiadamente al fenómeno de la migración masiva que se presentó en la región?

El número de refugiados sobrepasó las capacidades locales para brindar ayuda. Adicionalmente, se intensificó el temor a que los refugiados ocasionaran conflictos en las fronteras –un temor que se hizo realidad en Tailandia–, se registraron tensiones interraciales y los sentimientos nacionalistas se vieron atizados.

¿Cómo se resolvió esa crisis de refugiados en el sureste de Asia?

La crisis se resolvió a través de esfuerzos sostenibles por parte de la comunidad internacional; se establecieron los llamados "comités de conexión". En 1979, estos comités ayudaron a mantener el asilo local a través de una larga escala de reasentamientos. En 1989, el asilo local se mantuvo, pero a través de una combinación de reubicación de los refugiados y repatriación de aquellos que no calificaban como refugiados. Los factores claves fueron la movilización de varias agencias de las Naciones Unidas –incluido el ACNU– y el liderazgo de un número de países que proporcionaron un apoyo financiero sostenible y significativo, además de la gran cantidad de comités para la reubicación de refugiados.

¿Qué similitudes hay entre la crisis de refugiados de Indochina y la que afecta Europa?

El número de refugiados es igualmente masivo y la respuesta local está pensada para el corto plazo. Ahora lo que se necesita es un plan de acción sustentable que asegure asilo temporal para todos aquellos que lo buscan; mientras se formulan soluciones más duraderas para refugiados y no refugiados. Otra similitud es que las soluciones más eficaces deberían ser iniciadas por un país que muestre liderazgo. En el caso de la crisis de Indochina, ese país era Estados Unidos. En la crisis actual, ese país es Alemania.

¿Qué lecciones puede tomar Europa de esta y otras crisis de refugiados?

Hay ejemplos históricos y modelos de respuesta exitosa a crisis de refugiados de larga escala en la región. Se debe priorizar la provisión de alojamientos para que quienes buscan asilo vivan temporalmente. Un sitio que cuente con todos los servicios básicos: comida, agua y atención médica. Además, se debe brindar apoyo en la búsqueda de asilo, para así determinar quiénes son los refugiados que necesitan de protección especial y quienes no son refugiados, pero aún así merecen recibir asistencia humanitaria.

¿Qué necesita Europa para manejar el gran flujo de migrantes?

Creo que Europa necesita, al menos temporalmente, salir de las regulaciones de Dublín y armonizar sus políticas para tener la posibilidad de ofrecer inmediatamente refugio y ayuda humanitaria a todos los que lo necesitan. Y al mismo tiempo determinar el estatus de los refugiados, es decir proveer asilo para aquellos que califiquen como refugiados. Europa también debería contribuir más con los esfuerzos de las Naciones Unidas para ayudar a los refugiados del Medio Oriente, cuyas condiciones de vida se están deteriorando en Turquía, Líbano y Jordania.