Reagrupación familiar: ¿misión imposible para refugiados?
1 de agosto de 2018Suena a desesperación: "Preferiría morir a cumplir 18 años", dice Riham abo Staiti. La chica solo deja el contenedor en el que vive si es absolutamente necesario. Allí huele a montañas de ropa sucia.
Junto con sus tres hermanas y su padre, ella vive en un espacio de 30 metros cuadrados en el campo de refugiados Nahr a-Bared, en el norte de Líbano. Pero les falta una persona importante. "Desearía poder ver a mi mamá", dice la mayor de las hermanas. Las tres ven a su madre, que vive a las afueras de Karlsruhe, solo en la pantalla del teléfono. Hablan a diario por Skype, pero el miedo siempre las rodea. Desde hace tres años, todas esperan el día en que se reunirán. Pero el tiempo corre en contra de Riham. Al cumplir 18 años, para ella la posibilidad de reagruparse en Alemania queda descartada.
En 2015, la reagrupación familiar sonaba como una gran promesa para ellos. Cada solicitante de asilo puede traer a Alemania a su pareja matrimonial y a sus hijos menores de edad. La mamá de Riham, Fteim Almousa, recuerda esas palabras, pronunciadas por la canciller Angela Merkel. Almousa es maestra en Damasco, y comenzó a recibir amenazas de muerte cuando protestó contra el cierre de la escuela en la que trabajaba.
Salió de Siria sola, para no poner el peligro a sus hijas. Además, "el dinero no alcanzaba para todas", dice. La madre esperaba que fuera verdad lo que había escuchado de algunos conocidos: solo tendría que esperar medio año antes de que pudiera pedir la reagrupación con su familia en Alemania.
¿Una falsa promesa?
Pero un año más tarde, el paquete de normas Asylpaket II se atravesó en su camino. Debido a las crecientes cifras de solicitantes de asilo, el gobierno federal alemán decidió suspender la reagrupación familiar para refugiados "subsidiarios". Se clasifica así a refugiados que huyen de guerras civiles, pero que no pueden comprobar una persecución dirigida a su persona. Ellos adquieren el derecho de permanecer en Alemania, hasta que la situación en sus países de origen sea de nuevo segura.
Se trataba de un grupo pequeño: menos de 60 refugiados de Siria obtuvieron hasta noviembre de 2015 la protección transitoria. Pero hoy son más de 200.000 los refugiados subsidiarios que resultan afectados por las nuevas normas.
Se suponía que la reagrupación familiar se reanudaría en marzo de 2018. En ese momento, el padre, Ahad abo Staiti, intentó en vano contactar a la embajada de Alemania en Líbano. "Hasta agosto no se recibirán solicitudes", leyó en la página de internet de la representación diplomática.
La familia se reúne alrededor de la computadora portátil. El hermano más joven consuela a sus hermanas, de 14 y 15 años, que lloran casi en silencio. "Ellas sufren", dice el padre. A él también le cuesta hacerse cargo de los hijos solo. "Vivimos en uno de los sitios más insalubres del mundo", afirma el antiguo doctor de Damasco. Montañas de basura, agua sucia y hoyos de artillería de pasados conflictos. No es el ambiente que había deseado para que sus hijos crecieran. Sobre todo, le preocupa su hija mayor. Con la mayoría de edad, pierde el derecho a solicitar reagruparse con sus padres.
Jóvenes sin oportunidad
De acuerdo con las leyes de inmigración en Alemania, solo la familia nuclear (hijos menores de edad y pareja matrimonial) puede ingresar al país. Para jóvenes que durante el largo periodo de espera cumplen la mayoría de edad, la reagrupación familiar queda descartada. Adriana Kessler, abogada y presidenta de la organización JUMEN, considera que tal exclusión es anticonstitucional. Un peritaje jurídico de la organización Deutsches Kinderhilfswerk evaluó que la separación familiar es irresponsable, sobre todo hacia los niños y los jóvenes.
Desde que su madre huyó, Riham padece depresión. "Tengo miedo de salir sola", dice. El acoso y los ataques son frecuentes cuando las mujeres de su edad van solas por las calles, agrega la chica. "En nuestra cultura, vivimos bajo la custodia de los padres incluso cuando somos mayores de los 18 años." Ella ya ha intentado cortarse las venas, cuenta su hermana, Rasha. Lo haría de nuevo, si la familia se va y la deja en el campamento.
Familia nuclear: diferente según la cultura
A partir del 1 de agosto de 2018, el Ministerio alemán de Asuntos Exteriores, la autoridad de Migración y el Tribunal contencioso Administrativo Federal definirán un contingente máximo de 1.000 familiares con derecho a la reagrupación por mes. Tendrá mejores posibilidades quien cumpla con requisitos como la posibilidad de sustento independiente, espacio suficiente para vivir, o conocimientos del idioma alemán.
Fteim Almouse sabe que hay cerca de 26.000 personas que esperan a la reagrupación familiar en países como Líbano. También sabe que debe esforzarse en cumplir los requisitos de integración a fin de poder ver a su familia. Podrían pasar dos o tres años antes de que su familia caiga en el contingente de 1.000 aceptados por mes.
Para la mujer de 49 años, la limitada reagrupación familiar ya no suena como una promesa, sino como una competencia contra el tiempo. Ahora le preocupa también su hija Rasha, que en dos años cumplirá la mayoría de edad. La nueva norma podría llegar demasiado tarde, también para ella.
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