Rasmussen: "No fracasaremos en Afganistán"
4 de agosto de 2009DW: Señor Rasmussen, cómo piensa dirigir a la OTAN, ¿como secretario o como general?
Anders Fogh Rasmussen: Yo diría que como un general civil, casi como un primer ministro. Soy el líder político de una alianza militar.
¿Soñó alguna vez en convertirse en el líder político de la Alianza Occidental?
Hace tiempo que algunos colegas me preguntaron si aceptaría una posible nominación como secretario general de la OTAN: finalmente, la acepté después de pensarlo un tiempo y me alegro de haber logrado recopilar un apoyo tan amplio.
Usted fue durante muchos años primer ministro de Dinamarca, incluso está considerado un experto en temas económicos, ¿cómo se ha preparado para este nuevo cargo que requiere tanto conocimiento militar?
Durante mi gestión como primer ministro estuve fuertemente involucrado en cuestiones relacionadas a la política de seguridad. Como usted sabe, Dinamarca participa activamente en una serie de misiones militares a nivel internacional, como la de Afganistán, pero también la de Kosovo y las de otros lugares, por lo que desde hace tiempo me interesa la política de defensa y de seguridad. Y durante los últimos cuatro meses, desde mi nominación como secretario general, me he preparado intensamente para mi nueva tarea.
¿Cuál es su objetivo político? ¿Cómo le quiere usted dar forma a la Alianza los próximos cuatro años?
En primer lugar, hemos de tener éxito en Afganistán. La misión en este país es la más importante. Hay mucho en juego, tanto para el pueblo afgano, como para la comunidad internacional y para la OTAN. No podemos bajar la guardia y dejar que Afganistán vuelva a convertirse en un refugio para terroristas. Ésa es nuestra tarea principal.
Además, me gustaría mejorar las relaciones con Rusia y continuar con las reformas en nuestra Alianza, para que ésta pueda enfrentar los nuevos desafíos de nuestro tiempo.
En el cuartel general de la OTAN en Bruselas se habla mucho de que el frente europea debería ganar fuerza en la Alianza, ¿cómo lograrlo?
Creo que nosotros, los europeos, deberíamos participar más activamente en la OTAN. Con este objetivo tenemos que desarrollar la política de defensa y de seguridad común de la Unión Europea. Como secretario general promoveré el que se profundice en esa dimensión político-defensiva de la UE, no como un proceso que esté en competencia, sino que sea complementario a lo que sucede en el interior de la OTAN.
Turquía intentó impedir su elección, argumentando que usted no era la persona adecuada para conducir negociaciones con los países musulmanes, ¿qué dice al respecto?
En primer lugar, quiero subrayar que Turquía es un aliado muy importante al que considero un miembro estratégico, un puente entre Europa y el Cercano Oriente y Asia central. Es mi intención mantener una buena cooperación con Turquía. Ya mantuve un encuentro con el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, y acordamos llevar a cabo dicha cooperación positiva.
En segundo lugar, me gustaría recordar que los soldados daneses arriesgan su vida por los musulames en Afganistán, así como lo hicieron en los Balcanes. Para mí es una cuestión política y no religiosa.
Pero, ¿qué sucedería si ese mensaje no llegara y, digamos que, durante una visita a un país como Pakistán las protestas y los disturbios impidieran las conversaciones?
Tengo previsto viajar pronto a Turquía y hacer propuestas concretas que fortalezcan las relaciones y la cooperación con los Estados musulmanes. Soy muy consciente de la problemática y estoy dispuesto a trabajar con todos los paíes y todas las fuerzas que se muestren dispuestas a combatir el terrorismo.
¿Cómo mejoraría usted las relaciones con los países musulmanes?
Bueno, la OTAN ya coopera y mantiene abierto el diálogo con una serie de países musulmanes. Voy a prestar más atención al modo en que se pueden desarrollar plataformas como el Diálogo del Mediterráneo y la Iniciativa de Cooperación de Estanbul.
La guerra en Afganistán: un conflicto cada vez más impopular. ¿Cómo mejorar su imagen? ¡Siga leyendo!
La guerra que conduce la OTAN en Afganistán es cada vez menos popular en Occidente. ¿Qué piensa hacer para cambiar esta tendencia?
Necesitamos dos cosas. Por un lado, más esfuerzo militar. Por eso aprecio mucho la decisión de algunos Estados de aumentar su contribución militar a la misión en Afganistán. Particularmente los estadounidenses, pero también otros aliados han decidido aumentar su número de tropas.
Eso hace falta para mejorar la situación en materia de seguridad, pero es sólo un punto. Otro muy importante es que tenemos que reforzar la reconstrucción civil. La solución exclusivamente militar no existe. Tenemos que ofrecer a la población afgana mejores condiciones de vida, alternativas a la producción de narcóticos. Tenemos que fortalecer la construcción de escuelas y del sistema de salud.
Todos dicen lo mismo dentro de la Alianza, pero algunos socios han empezado a planear ya la retirada, como Holanda, Canadá, Alemania. ¿Cuál es su propuesta?
No creo que el establecer una fecha para retirarnos de Afganistán sea la estrategia correcta. Tenemos que definir criterios de éxito. El objetivo último de nuestra presencia en el país ir entregando paulatinamente, provincia por provincia, la responsabilidad sobre la seguridad a las autoridades y al ejército afganos, por eso debemos fortalecer la formación de sus soldados y policías.
En Bruselas se dice que si la OTAN pierde en Afganistán, quedará por fin demostrada su inutilidad y acabará desmembrándose, ¿coincide usted?
No vamos a perder en Afganistán. Tenemos que imponernos, hay demasiado en juego. No podemos retirarnos y dejar que el país vuelva a ser refugio de terroristas, eso dañaría nuestra propia seguridad. No olvide que los atentados del 11 de septiembre tuvieron su origen en Afganistán. El siguiente objetivo podría ser Europa.
La OTAN discute sobre una nueva estretagia y nuevo papel. ¿Qué debería contener?
Lo que debemos hacer en el futuro es subrayar la función de la OTAN.
¿Sigue siendo la defensa?
Sigue siendo la defensa. La defensa de nuestro territorio es y seguirá siendo el principal objetivo de la Alianza. Sin embargo, nos tiene que quedar claro que hoy en día la defensa de nuestro territorio comienza “fuera de área”, en lugares como las montañas de Afganistán. Ésa es la razón por la cual estamos haciendo cambios en la OTAN para que nuestras fuerzas puedan ser desplegadas de manera más flexible.
¿Qué tan grande deberá ser la organización en el futuro? ¿Serán aceptados los nuevos miembros potenciales como Georgia y Ucrania?
Soy partidario de la política de puertas abiertas. La OTAN debería estar abierta a las democracias, a aquellos países que cumplen con los criterios necesarios. Si es así, la decisión de pertenecer a la Alianza o no reside en cada país.
Sin embargo, eso supondría un enfrentamiento entre la OTAN y Rusia, ¿se puede imaginar que Moscú acepte una membresía de Ucrania y que no lo tome como una agresión a su propia seguridad?
Se trata por ahora de una cuestión hipotética, pues Ucrania no cumple todavía con los criterios necesarios. Sin embargo, la OTAN decidió en 2008 que Ucrania y Georgia pueden convertirse en el futuro en miembros plenos de la organización.
Rusia no es ya un enemigo militar de la OTAN, sin embargo, tampoco se ha convertido en un aliado, ¿cómo definiría el papel político de Rusia?
Compartimos una serie de intereses en materia de seguridad con Rusia. Esto vale tanto para el combate al terrorismo, una cuestión que afecta también a Moscú, como para la no propagación de armas nucleares. Y podría mencionar otros muchos intereses comunes, sobre cuya base esperamos poder desarrollar una cooperación práctica y positiva.
Autor: Christian Trippe/ EU
Editora: Luna Bolívar Manaut