¿Qué tan inclusiva es Latinoamérica?
12 de julio de 2024Un reciente informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) entregó un desalentador panorama respecto de la desigualdad en América Latina y el Caribe: el 10% más rico tiene ingresos en promedio 12 veces mayores que el 10% más pobre, mientras que una de cada cinco personas vive en la pobreza.
Justamente, la pobreza es uno de los principales motivos de discriminación en América Latina, según una encuesta realizada por Latinobarómetro en 2020, que también menciona a indígenas, negros o afroamericanos, LGTBIQ y mujeres como personas o grupos excluidos. Ante estos antecedentes, nos preguntamos: ¿qué tan inclusiva es Latinoamérica?
"América Latina tiene un problema endémico con la inclusión. Las sociedades están segregadas por nivel socioeconómico", explica a DW Marta Lagos, directora de la encuestadora Latinobarómetro.
"Los pobres son los mismos por muchas generaciones. No hay movilidad social ascendente y hay poca movilidad social descendente. Es decir, vives en el mismo grupo social donde naciste", añade.
Mejoras insuficientes
Vicki Gass, directora ejecutiva de la oenegé Latin America Working Group (LAWG), afirma a DW que "la inclusión en América Latina ha mejorado, pero está lejos de ser suficiente". Ella plantea que una muestra del avance es que haya "mujeres presidentas -por ejemplo, en México y Honduras- y una vicepresidenta afrocolombiana en Colombia".
Sin embargo, "las mujeres, los indígenas, los afrolatinos y los LGBQT+ siguen estando poco representados en el gobierno o en el sector privado, y se enfrentan a altos niveles de pobreza extrema", agrega.
Avances en la inclusión
En conversación con DW, Rocío Vera Santos, investigadora del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Libre de Berlín, subraya que desde la década de los 90 "ha habido cambios importantes que se han dado a nivel de legislación, que han influido positivamente a nivel de inclusión".
Entre estos, menciona mejoras en la inclusión del "derecho a la tierra o territorio, a la consulta previa, la identidad cultural, el reconocimiento de los idiomas propios" en los pueblos indígenas.
Además, iniciativas como el "sistema de cuotas para acceder a la educación o a puestos de trabajos, son cosas que han generado cambios importantes y, obviamente, mayor inclusión para grupos que han estado históricamente en situación de marginalidad", destaca.
Problemas ligados al neoliberalismo
No obstante, se observa que el neoliberalismo produce un efecto contraproducente de exclusión, y que genera el empobrecimiento de grupos y comunidades: "Los economistas neoliberales continúan promoviendo el crecimiento económico basado en las industrias extractivas como soluciones a la discriminación, bajo la creencia de que crearán empleos y sacarán a las personas de la pobreza", asegura Gass.
Esta idea, que vienen promoviendo desde hace décadas, "no está generando cambios sustanciales en los niveles de pobreza, discriminación, degradación ambiental y machismo", opina.
Vera Santos concuerda: "Se siguen adoptando políticas internacionales de inspiración neoliberal, que continúan violando derechos ante la instalación de, por ejemplo, proyectos de agroexportación o extractivistas en territorios que son considerados ancestrales".
"Por un lado, se otorgan derechos. Pero por otro, se mantiene una práctica que genera desigualdad, porque personas indígenas o afrodescendientes, que han sido históricamente excluidos de las sociedades, se ven forzadas a salir de sus territorios y moverse a las ciudades, donde sufren otras formas de discriminación, por ejemplo, en el acceso a la vivienda", expresa la investigadora de la Universidad Libre de Berlín.
¿Qué hacer para mejorar?
Las investigadoras dan propuestas para avanzar hacia una América Latina más inclusiva: "Hay que trabajar muchísimo a nivel del discurso y en las imágenes que se difunden en los medios de comunicación. En ser consciente de no reproducir estereotipos sexistas, racistas o con implicaciones de roles de géneros", sugiere Vera Santos.
Marta Lagos asegura que "falta un sistema educacional homogéneo, accesible y de calidad para todos. No un sistema segregado de educación para ricos y pobres".
En tanto, la directora ejecutiva de LAWG, Vicki Gass, pide mejorar las "políticas fiscales, de transparencia y leyes antidiscriminatorias; garantizar el acceso a una educación de calidad, para educar a personas sobre la discriminación; reconocer legalmente el derecho de los pueblos indígenas y étnicos a la libre determinación y autogobernanza; y finalmente, apoyar a los mecanismos contra la corrupción en los sectores públicos y privados".
(cp)