¿Qué tan grandes son las grietas de seguridad en Alemania?
1 de enero de 2017Anis Amri era una de las 549 personas que en el argot de las autoridades de seguridad son conocidas como "amenazantes". Por sí mismo, el término indica cuán difícil es para la policía y las demás autoridades alemanas encargadas de la seguridad lidiar con este tipo de potenciales terroristas. Al momento de ser registrado, el "amenazante" no es un delincuente procesado, y en la mayoría de los casos es considerado apenas como sospechoso. Un requisito para ello sería la existencia de un crimen consumado. En el caso de Amri, las autoridades tenían, desde hacía mucho tiempo antes del ataque en Breitscheidplatz, suficiente evidencia en cuanto a su propensión a la violencia.
Así que, ¿podría haberse evitado el ataque en el que perdieron la vida doce personas y otras 50 resultaron heridas? La pregunta no puede ser respondida aún con absoluta certeza. Pero algunos detalles dejan mal puestas a las autoridades de seguridad. De acuerdo con algunos informes de medios, Amri buscó en internet instrucciones para fabricar bombas y comprar armas. Se tenían indicios de que estaba dispuesto a realizar un ataque terrorista. Se habla de contactos con salafistas y con la red terrorista Estado Islámico.
Mucha información, ¿muchos errores?
No hay confirmación oficial de tan detalladas versiones, pero tampoco hay desmentidos. Por lo menos hay hechos que haban de que podrían ser ciertas. Algo trágico sería la posible falta de comunicación entre las diversas instancias que componen el Centro Antiterrorista con sede en Berlín. Los expertos de dichas instituciones analizan cada día la posible situación de riesgo. Amri era un tema recurrente entre ellos. Pero, al parecer, su peligrosidad fue subestimada.
Si hubo negligencia, es algo que se ventilará en una comisión parlamentaria. Políticos de Los Verdes y de La Izquierda especulan abiertamente sobre todo eso. Pero son precisamente estos partidos los que pugnan por una separación entre la Policía y los organismos de protección de la Constitución. Lo mismo puede decirse de las cámaras de vigilancia, que desde hace décadas forman parte de la política alemana de seguridad.
Observación permanente
La utilidad de instalar cámaras de vigilancia en espacios públicos es un tema muy controvertido. Sus promotores hablan de éxitos contra la criminalidad, como por ejemplo, en el caso reciente de intento de homicidio contra un indigente en Berlín. Sin embargo, estos casos muchas veces nada tienen que ver con el terrorismo. Los escépticos temen que los terroristas busquen precisamente ser captados en video, lo cual sirve a los fines propagandísticos de sus actos criminales. Este factor pudo haber jugado un papel en el hallazgo de un teléfono móvil de Amri, en el marco de la investigación. Los indicios llevaron a la detención provisional de otro tunecino. Podría tratarse de una pista falsa dejada intencionalmente. La pista, en todo caso, resultó insuficiente para proceder en el caso contra el sospechoso de complicidad con Amri.
Luego de todo lo que se sabe o se supone, uno diría que podría haberse detenido a Amri debido a su pasado criminal, o haberlo mantenido encarcelado por más tiempo en el marco de su proceso de deportación. Debido al intercambio de información en el Centro Antiterrorista, se sabía que Amri iba de un lado a otro de Alemania, cambiando de identidad. Pero pese a todo, se subestimó su potencial terrorista. ¿Fue porque otros "amenazantes" eran considerados un riesgo mayor?
Políticos y autoridades de seguridad, como el ministro alemán del Interior, Thomas de Maizière, han dicho una y otra vez que faltan recursos y personal para la observación adecuada de los potenciales terroristas. Desde hace años hablan de un alto riesgo potencial contra la seguridad de Alemania. Cerrar dichas grietas es de la máxima prioridad dentro de la desde hace mucho tiempo fluctuante discusión política al respecto. Los unos piden leyes más severas, los otros, la aplicación eficaz de las ya existentes. Cualquiera que sea el desenlace, el caso es que nadie podrá otorgar garantías absolutas de que no habrá otro ataque como el del mercadillo navideño berlinés.