Fuera de la eurozona
15 de enero de 2012La nota AAA que la agencia de clasificación de créditos estadounidense Standard & Poor’s (S&P) le atribuyó a Alemania el viernes pasado (13.1.2012) fue recibida con satisfacción por el Gobierno de Berlín, pero celebrada con discreción. El hecho de que Alemania sea uno de sólo cuatro países europeos que conservaron calificaciones de solvencia inmejorables no puede ser motivo de júbilo cuando dos de las economías más robustas del bloque comunitario, Francia y Austria, perdieron las suyas en la evaluación más reciente de S&P.
Varios políticos y economistas alemanes tomaron la palabra con la intención aparente de consolar a quienes vieron rebajadas sus notas crediticias –Chipre, Eslovaquia, Eslovenia, España, Italia, Malta y Portugal, aparte de Francia y Austria– e inspirar confianza entre los socios de la zona euro. Los unos, asegurando que la implementación del pacto fiscal y otras decisiones tomadas en la cumbre europea del 9 de diciembre estabilizarían las finanzas comunitarias de manera duradera; otros, acusando a S&P de actuar arbitrariamente.
“Alemania debe abandonar el euro”
Sin embargo, no todos en Alemania tienen una percepción tan optimista del futuro ni desestiman el juicio de S&P, una de las tres agencias de calificación de riesgos más importantes del mundo. A juicio de Clemens Fuest, profesor de Economía en la Universidad de Oxford y asesor del Gobierno alemán, la rebaja de la nota crediticia de Francia deja en evidencia que los responsables de rescatar a las economías más débiles de la eurozona han llegado a su límite. Así lo explicó en una entrevista concedida al diario germano Die Welt.
Aunque los analistas de S&P señalaron que nada parecía poner en peligro la nota AAA de Alemania a corto plazo, Fuest sostiene que las probabilidades de que el país pierda la máxima calificación de solvencia en el futuro cercano son altas. El especialista matiza el sombrío pronóstico diciendo que Estados Unidos no se desmoronó cuando perdió la suya y negando que Alemania esté condenada a la bancarrota. Wolfgang Reitzle, jefe del grupo tecnológico Linde, es mucho menos reservado cuando hace referencia a los males por venir.
El semanario alemán Der Spiegel describe a Reitzle como el primer directivo de una empresa que cotiza en el DAX –el índice bursátil más conocido de la bolsa de valores local– en hablar abiertamente sobre la posible retirada de Alemania de la zona euro. El hombre fuerte de Linde cree que la moneda única comunitaria puede ser salvada, pero disiente de quienes afirman que debe ser rescatada a cualquier precio. A sus ojos, si los países más endeudados de la UE no muestran mayor disciplina presupuestaria, Alemania debe abandonar el euro.
“No retomen sus antiguas monedas”
Según Reitzle, la salida de la eurozona propiciaría una apreciación del marco alemán, del “euro del norte”, “o como quiera que se llame la nueva moneda de Alemania”. El director de Linde da por sentado que el desempleo aumentaría en los primeros tiempos, tras una inevitable caída de las exportaciones, pero también está convencido de que, cinco años después, Alemania podría competir con las economías asiáticas desde una posición ventajosa. Reitzle aclaró a Der Spiegel que, aunque no es deseable, ese escenario no debe ser un tema tabú.
James “Jamie” Dimon, presidente y director ejecutivo de JPMorgan Chase & Co., el banco más importante en el sector financiero estadounidense desde la explosión de la crisis financiera, ve la situación desde la perspectiva opuesta. Cuando el periódico Die Welt le pidió predecir las reacciones de los mercados financieros a mediano plazo, Dimon mencionó dos posibilidades: que las medidas de austeridad surtan los efectos deseados y las economías comunitarias recuperen la confianza de los mercados o que la eurozona se desmiembre.
“El desmoronamiento de la zona euro es poco probable debido a las inimaginables proporciones de la catástrofe que traería consigo, para Europa y para el resto del mundo. El escenario más probable es una mezcla de los dos que acabo de describir: puede que algunos países de la zona euro, como Grecia, actúen irrazonablemente y terminen abandonando la UE. Eso sería terrible, pero posible”, agregó Dimon, quien considera al bloque comunitario y al euro como dos de los grandes logros del Viejo Continente. “Vale la pena luchar por eso. Yo sólo puedo recomendarle una cosa a los europeos: no retomen sus antiguas monedas”, cerró el estadounidense.
Autor: Evan Romero-Castillo
Editora: Claudia Herrera Pahl