¿Qué pasa realmente en Ucrania?
12 de diciembre de 2013“La duración de las protestas callejeras en Kiev depende sólo del Gobierno”, pronosticó el diputado Rostyslav Pavlenko, del partido opositor “Alianza Democrática Ucraniana para la Reforma” (UDAR), en entrevista con Deutsche Welle a comienzos de diciembre. Y, efectivamente, hasta ahora las fuerzas de seguridad de Ucrania intentaron sin éxito disolverlas. A pesar de las temperaturas bajo cero, los manifestantes aún permanecen en la plaza central de Kiev, “Maidan”. Cantan, rezan y levantan barricadas de madera. Ni las intervenciones nocturnas de la Policía, ni las detenciones ni las amenazas logran arrancarlos de allí. Si el presidente ucraniano, Víktor Yanukóvich, especulaba con asustar a la multitud con el envío de unidades especiales, evidentemente se equivocó: “Aquí se decide el destino del país”, dijo Arseni Jazenjuk, del partido de la exjefa de Gobierno Yulia Timoshenko, que está en prisión.
Fracaso de acuerdo con la UE
Las protestas en el centro de Kiev son organizadas por el “Comité de la Resistencia Nacional”, liderado por los jefes de tres partidos de oposición: Vitali Klitschko (UDAR), Oleh Tiahnibok (“Partido de la Libertad”), y Arseni Yazenyuk (“Patria”), además de miembros de varias organizaciones civiles.
El detonante del levantamiento popular en Ucrania fue el fracaso de las negociaciones para un acuerdo con la Unión Europea, opina Cornelius Ochmann, director general de la Fundación de Cooperación Germano-Polaca: “La sociedad civil en Ucrania está, en mi opinión, mucho más desarrollada de lo que creemos. La gente está harta del estilo de gobierno del presidente y aprovecha esta oportunidad para expresar su descontento”.
Tanto el diputado de UDAR Rostyslav Pavlenko como la cantante Ruslana, ganadora del concurso Eurovisión 2004, esperan que se pueda encontrar una salida política a la crisis. “Si no, seguiremos presionando con medios pacíficos hasta que la situación se resuelva”, dice Pavlenko.
El potencial de protesta que se manifiesta estos días fue subestimado tanto por los responsables en Kiev, como por los de Moscú y Bruselas, explica Maria Davidchik, de la Sociedad Alemana de Política Exterior (DGAP), en Berlín: “En la asociación con la Unión Europea, el Gobierno ucraniano vio sólo una opción, únicamente plausible en tanto encajara en el desarrollo político interno”, subrayó la experta en conversación con DW. La UE, por su parte, envió muchas señales a Ucrania, “pero no propuso ninguna estrategia ni instrumentos concretos para solucionar los problemas reales del país y de la gente”.
¿Pérdida de poder?
La oposición ucraniana está en condiciones de presionar para que el Estado haga concesiones, piensa el director del Instituto Internacional para la Democracia, Serji Taran. Desde su punto de vista, sería suficiente con sostener la intensidad de las protestas, algo que es ahora más fácil que durante la “Revolución Naranja”, hace nueve años, ya que actualmente la posición de los manifestantes es mucho más radical que entonces. “La gente podría bloquear hasta la residencia presidencial, en el barrio de Meshihiria, en Kiev”, asegura el experto.
Según él, las manifestaciones en Ucrania ya han provocado un “movimiento tectónico” en la política del país. Los oligarcas y los jefes de clanes políticos están constatando que Víktor Yanukóvich pierde poder, y ese proceso está minando al Gobierno desde adentro. Algo que, según Taran, podría desembocar en un cambio de poder en Ucrania.