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¿Qué nos quiere decir Kim Jong-un?

Peter Sturm
29 de noviembre de 2017

¿Qué quiere decir Kim Jong-un cuando afirma haber “alcanzado la meta” y haber convertido a Corea del Norte en potencia atómica plena? Peter Sturm, del periódico Frankfurter Allgemeine Zeitung, esboza una respuesta.

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Nordkorea  Kim Jong Un
Imagen: picture alliance/dpa/AP Photo/Korean Central News Agency

Cuando la emisora estatal norcoreana anuncia algo, rara vez es verdad. No obstante, uno hace bien en tomar en serio el mensaje de Pyongyang. La pregunta es, sin embargo, qué pretende comunicar al mundo Kim Jong-un cuando firma "haber alcanzado la meta” y haber convertido a Corea del Norte en una potencia atómica plena. La primera lección de este mensaje es que Corea del Norte engaña y miente a sus interlocutores. Porque, al inicio de esta crisis, se aseguró que Corea del Norte solo se proponía usar pacíficamente la energía nuclear. Pyongyang utilizó todas las negociaciones y acuerdos siguientes para desarrollar su arsenal atómico. En consecuencia, los tratados con este país no valen en términos generales ni el papel sobre el que fueron escritos.

Peter Sturm, del periódico Frankfurter Allgemeine Zeitung.
Peter Sturm, del periódico Frankfurter Allgemeine Zeitung.Imagen: FAZ

El segundo mensaje de Pyongyang podría tener un contenido algo más positivo. Alguien que realmente ha "alcanzado la meta”, probablemente no tenga ya necesidad de provocar en forma permanente a otros. En teoría, podría permitirse incluso negociar seriamente sobre una salida sensata para la crisis. Por eso, Estados Unidos, China y todos los demás actores deberían por lo menos examinar si el misil intercontinental norcoreano no portaba quizás una especie de oferta de diálogo. Pero, aun cuando hubiera sido así, eso por desgracia no implica que pueda lograrse algo. Porque Kim Jong-un entiende por "negociación” el cumplimiento –forzado mediante la extorsión- de sus demandas, que a su vez se limitan a la supervivencia de su dictadura familiar.

En vista de que el resto del mundo no estuvo hasta ahora dispuesto a reconocer a Corea del Norte como potencia atómica, y dado que no es previsible que algo pudiera cambiar al respecto, cabe preguntarse de qué le sirve realmente a Kim Jong-un su aterrador arsenal. Naturalmente, las armas atómicas son aptas para disuadir de un ataque. Pero pierden valor si no pueden ser objeto de negociación, como Corea del Norte no se cansa de subrayar. Prácticamente nadie cree que Corea del Norte se atrevería a propinar un primer golpe nuclear. Con ello, el régimen cavaría su propia tumba. Desde el punto de vista de la machtpolitik, ¿qué aliciente tendría para el resto del mundo sellar un acuerdo con un régimen en el que nadie confía más allá del estrecho círculo gobernante?