Robo en museo de París
21 de mayo de 2010Aún no se tienen rastro ni de los autores materiales ni de los intelectuales. Y eso a más de 24 horas después del espectacular robo de cinco pinturas de valor astronómico del museo de Arte Moderno de París.
“La paloma con guisantes” de Pablo Picasso, pintado en 1912 y cuyo valor se calcula en 22 millones de euros, “La pastoral”, de Henri Matisse (1905), “L´olivier près de l´Estaque”, de Georges Braque, “La femme à l´eventail” de Amedeo Modigliani y “Nature morte aux chandeliers” de Fernand Léger desaparecieron del museo amaneciendo el 20 de mayo de manera inexplicable, o quizá no tan inexplicable:
Un sistema de alarmas defectuoso desde hace meses –la empresa encargada no contaba con los repuestos para repararla- lo ha hecho posible; si bien las cámáras del museo han captado la imagen del ladrón, no hubo sonido que alertara a nadie a pesar de que el ladrón rompió un cristal y forzó una cerradura. A la tristeza que sentir el alcalde de Paräis, Bertrand Delanoe, acompaña la indignación de los especialistas del ramo: ¿cómo es posible que esto suceda?
Lienzos de ese valor –tanto el artístico como el comercial que roza los cien millones de euros- están asegurados sólo para ser transportados, explican los entendidos; de lo contrario, los museos no podrían existir. Por otro lado, colocar las obras detrás de vitrales blindados –como se ha hecho con la Mona Lisa en Louvre- representaría una pérdida para el observador, y más costos. El historiador del arte Stefan Koldehoff, en entrevista a la emisora Deutschlanfunk, opina que los museos destinan demasiado poco a la seguridad. Los espectaculares robos de obras de arte que se han dado en los últimos tiempos lo ratifican.
Obras invendibles
A museos de Nueva York, Bruselas y ahora París les han robado, más o menos que delante de las narices, obras de arte valoradas en millones. Pero, ¿por qué robar estos clásicos de la modernidad?
Que esos cuadros tienen en la conciencia del público “una etiqueta con el precio”, dice Koldehoff, es en parte responsable de estos robos. Sin embargo, no son vendibles: su grado de fama lo hace imposible.
¿El millonario loco?
La teoría de que tras esto hay un coleccionista millonario que encarga el robo es una leyenda, cuenta Koldehoff. Ni Interpol, ni Europol han podido confirmar nunca, así el especialista, la existencia del loco amante del arte que quiere los cuadros para sí. Por lo general, los cuadros vuelven a los museos. Sin embargo, los daños inflingidos a las obras de arte –en este caso han sido cortados de los marcos con algún tipo de cuchilla- representan una pérdida cultural incalculable.
Autora: Mirra Banchón
Editor: José Ospina-Valencia