Pugnas políticas por el gasoducto Nordstream 2
6 de octubre de 2020Por segunda vez en tres meses, la canciller alemana, Angela Merkel, se reunirá con el presidente ruso, Vladimir Putin, para conversar sobre los conflictos de Siria y el este de Ucrania. Según el portavoz del Gobierno, Steffen Seifert, otro de los temas de la reunión del Palacio de Meseberg, cerca de Berlín, será la disputa sobre el gasoducto operado por Nord Stream a través del mar Báltico.
Reservas sustanciales
Nord Stream AG es una empresa subsidiaria del grupo Gazprom. Aparte del gigante energético ruso, también hay otras empresas que participan del proyecto, como las alemanas Wintershall y Eon Ruhrgas, con el 15,5 % respectivamente, y la holandesa Gasuine y la francesa Engie (Francia), con un 9%. Este conglomerado de empresas ya cuenta con una primera línea instalada, pero ahora aspira a a construir un segundo gasoducto desde Rusia hasta Alemania a través del Báltico.
Sin embargo, Ucrania plantea algunas reservas acerca de este nuevo gasoducto de 1200 kilómetros. Estados Unidos, Polonia y los países bálticos también critican el proyecto porque afirman que supondrá una excesiva dependencia del gas ruso por parte de la Union Europea. El presidente estadounidense, Donald Trump, se opone por principio a este acuerdo germano-ruso, porque también quiere vender gas a Europa. Y, por último, Ucrania teme por los ingresos que le genera el tránsito del gas desde Rusia hacia Europa.
En este contexto, Merkel pidió a Putin que la línea de Ucrania continúe abasteciendo a Occidente incluso tras la puesta en marcha del gasoducto del Báltico, escribía el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung (FAZ). Para el Gobierno de Kiev, sería una garantía para unos ingresos en torno a los 3.000 millones de dólares al año. Bajo la moderación de Alemania y la UE, hace poco se convocaron en Berlín las primeras conversaciones entre Rusia y Ucrania sobre el nuevo contrato de tránsito de gas, que entraría en vigor en 2019 y sustituiría al actual.
Algo pasa en Dinamarca
Entretanto, los planes para el gasoducto Nord Stream 2 continúan y, mientras en la costa alemana se instalan los primeros tubos, por otra parte el consorcio ya solicitó la modificación de la ruta exigida por los ciudadanos de Dinamarca. El trazo del gasoducto podría modificarse a través de la isla de Bornholm, dijo el consorcio en Suiza. Aunque el nuevo trayecto siga atravesando la zona de influencia danesa, no pasaría por las aguas territoriales de este país, el único que todavía no ha aprobado el trazado. De hecho, el parlamento aprobó una nueva base legal al respecto que le permite prohibir el tránsito del gasoducto por territorio danés, alegando razones de política exterior, defensa y seguridad. Anteriormente, solo se podían referir a cuestiones medioambientales y seguridad.
Según el FAZ, la compañía podría soportar una prolongación de trayecto en un proyecto de 1.200 km y con un presupuesto de casi 10.000 millones de euros. La nueva ruta por el noreste de Borholm sería unos 39 km más larga al evitar las aguas territoriales danesas y, por tanto, la posible aplicación de la nueva ley. Y pese a los esperados controles más exhaustivos, el consorcio espera que la primera vía esté terminada a finales de 2019 como se había planeado. Los barcos instaladores están a la espera y la capacidad del gasoducto del Báltico podría doblarse hasta llegar a los 110.000 millones de metros cúbicos de gas anualmente.
Autor: Klaus Ulrich (JAG/ER)
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