El fabricante estadounidense Tesla construye en Alemania el auto eléctrico más vendido del mundo. Si bien los autos eléctricos serían menos dañinos con el medio ambiente, la fábrica de Tesla está situada en una zona de conservación de agua. Y para su ampliación, debe talarse parte del bosque. Pero los ecologistas luchan por salvarlo. Han ocupado el bosque y construido casas en los árboles para impedir su destrucción. Los habitantes del pueblo están divididos. También están en juego los puestos de trabajo y los ingresos fiscales. No se vislumbra una solución al conflicto. Un reportaje de Killian Bayer.