Proteger los mares
14 de junio de 2006"Los mares cobran cada vez mayor importancia como espacio económico, por lo tanto, aumenta también la necesidad de protegerlos", dijo Peter Ehlers, jefe de la Oficina Federal de Navegación e Hidrografía (BSH), al inaugurar el simposio. Uno de los mayores desafíos para la protección del ecosistema marino es lograr un equilibrio entre los intereses económicos y los ambientales.
A la búsqueda del equilibrio
Ya no se trata únicamente de reducir la contaminación, sino de encontrar un balance ideal entre una serie de intereses muy divergentes, como la protección de la naturaleza, el aprovechamiento de la energía, la pesca y la navegación. Según Ehlers esto requerirá una investigación más exhaustiva, por lo cual lamentó que justamente se recortara, entre otros, el presupuesto de la BSH y constató que "tenemos que conocer mejor los mares, para poder actuar en consecuencia". En el caso de los parques eólicos "off-shore", por ejemplo, hay intereses ambientales encontrados. Por un lado, estos parques sirven para proteger el clima, pero, por el otro, alteran el hábitat de los animales marinos.
Crear nueva conciencia marina
"Debemos pensar en los mares no solamente cuando ocurren catástrofes y crisis, como averías de grandes tanques petroleros o la extinción de los lobos marinos", dijo Astrid Klug, Secretaria de Estado del Ministerio de Medioambiente, y añadió "los intereses de la protección ambiental deben ser integrados a la pesca, para que ésta vuelva a alcanzar un nivel duradero". Según el acuerdo de las Naciones Unidas sobre la diversidad biológica, hasta el año 2012 se deberá establecer una red internacional que maneje efectivamente las zonas de protección marina en todo el mundo. "Nuestra meta debe ser aprovechar de un modo duradero el potencial de los mares sin dañar los ecosistemas marinos", afirmó Klug.
Nuevas "reglas del juego"
Según Klug, actualmente los problemas más serios son la pesca excesiva y el recalentamiento de los mares. "El cambio climático conlleva grandes transformaciones y daños no sólo para el medio marino y las costas, sino también para los seres humanos", advirtió Klug. Para poder lograr un equilibrio entre los contradictorios intereses económicos y ambientalistas, Klug exigió "reglas del juego internacionales". El "libro verde" sobre la política marina, recién publicado por la Unión Europea, puede ser una buena señal en ese sentido e incluso convertir a Europa en un precursor en materia de política marina.