Promesas rotas: frustración en la UE
5 de noviembre de 2015Del aeropuerto de Atenas salieron las primeras 30 personas que, en el marco del programa de la UE para distribuir a los refugiados, volaron hacia su nuevo y provisional país. El destino fue Luxemburgo. El grupo de sirios e iraquíes es parte de un contingente de 120.000 refugiados que en un lapso de dos años partirán de Grecia e Italia hacia otros países de la UE. La distribución es en principio voluntaria y fue resultado de arduas negociaciones en recientes cumbres por esta crisis. A un mes de que fuera adoptado dicho acuerdo, 116 personas han viajado. A este paso, la UE terminará de completar este primer plan dentro de 86 años.
Los gobiernos de la UE, ineficientes
El presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, hizo un nuevo llamado a los países del bloque europeo: “Si son tan pocos los países que colaboran, la carga se hará más pesada para otros. Aquí se trata de la solidaridad entre las naciones. No debemos dejar solas a Grecia, Italia y Alemania”. Schulz ha dicho palabras similares en repetidas ocasiones. Pero no es una falla suya. Los países de la UE postergan una y otra vez la aplicación de los términos acordados.
Entre tanto, Suecia lanza advertencias. El primer ministro, Stefan Lövgen, fustigó el rechazo de algunos gobiernos a aceptar refugiados musulmanes. “La Unión Europea debe resolver esta crisis unida. Dos o tres países no podrán lograrlo”. Suecia recibe al más alto número per cápita de refugiados en Europa. Esto pone al gobierno socialdemócrata bajo presión política interna.
Faltan recursos
Nada parece ser más importante para los jefes de Gobierno de la UE que el cuidado de las fronteras exteriores de la UE. Pero de los 775 agentes fronterizos prometidos para la autoridad Frontex ha sido aprobada menos de la mitad, y solo un puñado de ellos ha sido enviado a los puestos fronterizos. También la agencia para refugiados EASO espera a los refuerzos prometidos: menos del 50 por ciento ha sido autorizado.
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ha hecho pública la lista de carencias: en un comunicado desglosó cuáles son las aportaciones faltantes por cada país, para diferentes fondos de ayuda. Especialmente embarazoso es el análisis de los recursos que debían ser destinados al combate de las causas que original la migración e países africanos. Solo 30 millones de los 1.800 millones de euros contemplados han llegado a las arcas europeas. El fondo para la crisis en Siria está igualmente vacío. Fueron prometidos 500 millones, pero solo han sido girados 50 millones. De los 1.000 millones de euros prometidos a la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) para el mantenimiento de los campamentos en la frontera de Siria, solo una pequeña parte ha llegado.
Durante la próxima cumbre en Malta, Tusk intentará convencer una vez más a los jefes de Gobierno de la UE para que esta situación cambie. Puede ser una ronda dolorosa en la que cada uno se vea confrontado con sus promesas incumplidas. Pero al polaco se le acaba la paciencia. Al igual que el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha entendido que las instituciones europeas se desmantelan a sí mismas, si a sus palabras no les siguen hechos concretos.