¿Prohibir la Cienciología en Alemania?
9 de agosto de 2007
“La cienciología debe ser prohibida en Alemania”, propone en un nuevo libro Ursula Caberta, encargada del tema por el senado de Hamburgo. “No veo otra posibilidad para proteger a mediano plazo a la gente y la sociedad de esta organización”, asevera esta economista cercana a los socialdemócratas. A pesar de que en cinco estados federados alemanes se encuentra bajo observación, a una prohibición de esta secta se llegará, según la ley, sólo si se reúnen pruebas de que sus objetivos inconstitucionales se persiguen con métodos agresivos y beligerantes. “Tenemos ya suficiente información para prohibirla”, replica Caberta, quien ve en la terminología que emplean claros signos de beligerancia: “Alemania, Francia y Bélgica son para ellos países opresores que quieren “conquistar”. A Tom Cruise lo han honrado con una medalla al mérito; eso sólo se hace en la guerra”.
Antidemocrático y misógino
Desde que en 1992 comenzara su investigación sobre la cienciología, sus doctrinas, instituciones, prácticas y víctimas, la opinión de Caberta ha evolucionado: hace quince años creía que debía permitirse su existencia para conocerla y poder ayudar a la gente; con el tiempo la gente se daría cuenta de lo que verdaderamente representa esta organización, pensaba. Lo contrario ha sucedido; la cienciología cobra fuerza y ramifica sus ofertas, ahora con escuelas e internados para niños y jóvenes.
La fuente es personal
Según Caberta, la doctrina básica que contienen los libros de su ideólogo, el mítico Ron Hubbard que fundó su organización en 1950, es antidemocrática, misógina y nada adecuada para menores. En entrevista a la emisora Deutschlandfunk, Caberta explica la adhesión de profesionales cualificados e inteligentes a esta organización por motivos emocionales, no intelectuales. “La gente que se une a ellos, por lo general, no ha leído sus escritos, yo sí”, dice explicando que el gancho es siempre alguna deficiencia emocional.
El barco insignia de los cienciólogos, Tom Cruise, por ejemplo, sufría una especie de dislexia. Son hacia esos flancos débiles a los que se dirige, certeramente, la cienciología. La gente percibe, en una primera fase, “atención y cariño en especial medida. Y luego están enganchados”, asevera Caberta, cuyo trabajo incluye también la asesoría a la gente que intenta abandonar la organización. “Tengan 18, 19, 12 o lo que sea, siempre les cuesta muchísimo esfuerzo integrarse al mundo real”, añade.
A comienzos del mes de agosto, Ursula Caberta hizo expresa su petición al Gobierno de Berlín para prohibir esta organización, que no está motivada en una creencia religiosa sino más bien en ansias de poder. Su presencia en Berlín y en Bruselas habla claramente de sus intenciones de “misionar” Europa y lograr su reconocimiento como religión.
Con consecuencias
Según, el popular semanario alemán Stern en su larga lucha por desenmascarar la organización, Caberta ha soportado bastantes malos ratos, que van desde un interrogatorio de siete horas por parte de los abogados cienciólogos, insultos e incluso amenazas de muerte. En una página web cercana a la organización, por ejemplo, se la incluye en una lista de anti religious extremists.
Como fuere, el éxito de la misión Europa de la Cienciología está por verse: en Francia desde hace un año se procesa su prohibición y en Alemania, según Caberta, para ello hay suficientes pruebas.