Condena a policías por la guerra a la droga en Filipinas
29 de noviembre de 2018
Tres policías filipinos fueron sentenciados el jueves (29.11.2018) a cuarenta años de prisión por el asesinato de un adolescente durante una redada antinarcóticos, en la primera condena contra las fuerzas de seguridad en el país en el marco de la guerra contra las drogas que lleva a cabo el presidente Rodrigo Duterte. La muerte de Kian de los Santos, de 17 años, en una operación de la guerra antidroga a las afueras de Manila, en agosto de 2017, fue grabado por cámaras de seguridad y supuso un punto de inflexión al mostrar a la opicinón pública los abusos que se estaban cometiendo.
El propio Duterte, que había prometido indultar a los agentes involucrados en su sangrienta represión, se negó a defender el asesinato de Kian delos Santos. La policía dijo que el joven era un mensajero de dedicado al trasiego de drogas que les disparó mientras se resistía al arresto. Sin embargo, las imágenes del circuito cerrado de televisión mostraron a dos de los policías arrastrando al niño desarmado momentos antes de que lo mataran a tiros. Días después del asesinato, Duterte dijo en un discurso: "Estuvo realmente mal, no fue en cumplimiento del deber: no cometáis estos crímenes".
El Tribunal de Primera Instancia de Caloocan condenó a los agentes Arnel Oares, Jeremias Pereda y Jerwin Cruz a 40 años de prisión sin libertad condicional y a pagar una indemnización a la familia de la víctima de 345.000 pesos (6.580 dólares o 5.780 euros). Sin embargo, fueron declarados inocentes de plantar pruebas incriminatorias, ya que junto al cadáver de Kian se encontraron dos bolsitas de "shabu" -una metanfetamina barata y muy consumida en los barrios pobres de Filipinas- y una pistola calibre 45.
"Esta es una luz en la oscuridad. A pesar del espantoso clima de asesinatos e impunidad en el país, este veredicto envía el mensaje de que hay esperanza y justicia", dijo la senadora opositora Risa Hontiveros. Carlos Conde, investigador de Filipinas de Human Rights Watch, declaró a AFP: "Esta es una advertencia a la Policía Nacional de Filipinas para que sigan el debido proceso y respeten los derechos de los sospechosos". Esta sangrienta campaña que se ha cobrado la vida de unos cinco mil sospechosos en redadas policiales, aunque grupos de derechos humanos elevan la cifra a hasta los 15.000 o 20.000 asesinatos amparados en el clima de impunidad.
lgc (afp/efe)
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