Primer debate electoral Trump-Biden: un caos deprimente
30 de septiembre de 2020¿Qué demonios fue eso? Esa fue la pregunta que se hicieron los televidentes después del primer debate electoral entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su contrincante, Joe Biden. Lo que en realidad se suponía que debía haber sido un intercambio de informaciones para facilitar la elección a los aún indecisos votantes, se asemejó, apenas unos minutos después del comienzo, a una caótica disputa familiar entre dos viejos tíos: uno, incapaz de respetar las reglas, y el otro, riéndose y moviendo la cabeza por no gritar a pulmón abierto.
Estados Unidos se haya sumergido en una de sus peores crisis: la pandemia de coronavirus, los desastres naturales y la brecha, cada vez mayor, entre estadounidenses blancos y negros sacuden al país. En el primer debate en directo entre el candidato republicano y el demócrata se pudo ver a un presidente que no dejaba que su adversario terminara una sola frase, y que no presentó casi ningún plan propio para mejorar la situación.
Cuando el moderador, Chris Wallace, le indicó a Trump que su equipo había aceptado las reglas del debate, y el presidente había consentido en dejar que Biden respondiera las preguntas durante dos minutos sin interrumpirlo, Biden solo dijo a secas: "Nunca cumple su palabra". Fue deprimente constatar el hecho de que Trump convirtió el debate en un caos sin que el moderador lograra ponerlo en su lugar.
Nos podríamos haber ahorrado un "debate" así
Biden también tuvo sus metidas de pata. Llamó a Trump "payaso", inapropiado en el marco del debate político. Y la declaración de Biden sobre el tema de quién, dónde y hasta cuándo se puede votar por correo se convirtió en un conjunto de frases encandenadas a lo Biden, cuyo final no tuvo nada que ver con el comienzo.
Sin embargo, fue Trump quien llevó el concepto de debate presidencial hasta lo más absurdo. El presentador Wallace no fue capaz de controlarlo, y Biden tampoco pudo contrarrestar su comportamiento. Solo una vez, cuando el tono de Biden se volvió tan intenso que detuvo por un segundo el flujo constante de interrupciones de Trump: cuando habló de su difunto hijo Beau y su servicio militar en Irak. Trump trató de cambiar de tema de conversación, hablando del otro hijo de Biden, Hunter, acusándolo de corrupción.
Si no tiene lugar un debate de verdad, porque un candidato, durante 90 minutos, no deja que el otro termine, la gente puede prescindir de él. El siguiente encuentro en el calendario de debates es el 7 de octubre, entre el vicepresidente, Mike Pence, y Kamala Harris, compañera de fórmula de Biden. A este le seguirán dos debates presidenciales televisivos más entre Biden y Trump. Si Biden cancela esos actos por frustración, no sería una medida políticamente inteligente, porque podría ser catalogado de cobarde, de haberse rendido. Pero después de este catastrófico "debate", eso sería más que comprensible.
(rmr/cp)