Presunciones no son pruebas
29 de enero de 2003Se necesita más tiempo para las inspecciones. Este fue el llamado que hicieron hoy los inspectores de armas en Nueva York. El jefe de inspectores de desarme de la ONU, Hans Blix, afirmó al Consejo de Seguridad que "presunciones sobre armas ilegales de Irak no constituyen pruebas", y que durante los 60 días de inspecciones, "Irak, en general, ha cooperado bien con los inspectores y les ha concedido acceso a todos los sitios que queríamos inspeccionar".
En esta muy esperada sesión - pública, a pedido de los países del Movimiento de los No Alineados- Blix subrayó, sin embargo, que subsisten preguntas clave sobre el presunto programa de armas prohibidas de Irak. Hay "fuertes indicaciones" de que Irak produjo más carbunco que el que ha admitido, y que "podría aún tener algunos depósitos", declaró ante un Consejo de Seguridad profundamente dividido sobre la eventualidad de una guerra contra Irak.
Serio juego del ratón y el gato
Blix advirtió también a Irak que no oculte expedientes, señalando que el reciente descubrimiento de documentos en la casa de un científico iraquí respalda preocupaciones en cuanto a que "documentos podrían haber sido distribuidos" en el territorio iraquí, para dificular que los inspectores los encuentren.
Mientras el Consejo de Seguridad escuchaba a los jefes de inspectores de desarme, unos 200 manifestantes protestaban frente al edificio de Naciones Unidas, llevando pancartas para denunciar una guerra contra Irak.
¿ Y los europeos qué...?
La solicitud de más tiempo para las inspecciones es respaldada por un "consenso básico" de los países de la Unión Europea (UE) presentes en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas: Alemania, Reino Unido, Francia y España quienes, en una declaración de la presidencia de los Quince, expondrán su posición "en común acuerdo".
El texto consensuado pide más tiempo para los inspectores de desarme, pero evita el asunto más conflictivo y no se pronuncia sobre si debe haber una segunda resolución de la ONU para decidir una eventual guerra.
¿Unidad en la Unión?
La coordinación de la postura de la Unión es vital, pues la credibiblidad de la política exterior de la UE está en juego. No en vano, ya que en el seno de la Unión no reina lo que su nombre invoca: unidad. Alemania se opone a una guerra contra Irak, incluso con el aval de la ONU; Francia rechaza cualquier acción militar contra Bagdad que no sea respaldada por las Naciones Unidas, mientras que el Reino Unido defiende las tesis de Estados Unidos y, por otra parte, España e Italia, proclives a la posición de Washington, esperan el informe de Blix para pronunciarse.
Tanto los inspectores como la UE tratan así de "dar un timonazo a la paz" a pesar de los dispendiosos, apresurados y decididos preparativos bélicos de los Estados Unidos y la deficiente cooperación de Irak con las Naciones Unidas.
Declarar la guerra es una cosa y hacerla otra
Pero no todos los caminos a Bagdad han sido tan fáciles de salvar como, tal vez, lo creyera alguna vez George W. Bush y su grupo de correligionarios. Las deficiencias citadas por Blix y El Baradai no tienen por qué implicar el grito automático de ¡A la guerra! Aún no están agotados todos los recursos pacíficos, como lo ha reconocido el mismo vocero del Gobierno de Bush cuando expresó que "la presentación del reporte de Blix no significa el fin de la diplomacia".
Sin haberse declarado, la guerra lingüistica de despiste ya ha empezado. Aunque para la mayoría de los miembros del Consejo de Seguridad una segunda resolución sería "deseable", para los Estados Unidos "no es imprescindible desde el punto de vista jurídico".
Alemania destaca su posición pacífista
Por último, el Ministro Alemán de Exteriores, Joschka Fischer, hizo hincapié en acelerar los esfuerzos diplomáticos para evitar un conflicto en Irak. Bagdad "debe saber que no hay más margen para las maniobras tácticas" señaló Fischer insistiendo en la necesidad de "intentarlo todo" para impedir la guerra.
A pesar de haber puesto su maquinaria en movimiento, los Estados Unidos no han logrado convencer al mundo de la necesidad de una guerra y su posición es, día tras día, más ambigua. ¿Qué pasará después del reporte de Blix? Nadie lo sabe, incluídos los Estados Unidos.