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Presidente alemán: “es importante ocuparse de los Balcanes”

Luna Bolívar Manaut18 de abril de 2008

El presidente alemán, Horst Köhler, concluye su viaje oficial a Croacia y Macedonia. Ambos países aspiran a ingresar a la Unión Europea: el primero podría ser miembro en 2010, el segundo tiene aún una crisis que superar.

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El presidente de Alemania, Horst Köhler (izq.) con Stipe Mesic, su homólogo croata.Imagen: DW / Marija Kundek
Apretar manos, visitar iglesias, escuchar a los jóvenes, reunirse con los representantes políticos: la agenda del presidente alemán, en su labor representativa, rebosa de este tipo de tareas cuando se encuentra oficialmente en un país. Si además le acompaña, como en el caso del reciente viaje a los Balcanes, una delegación económica, queda entonces recalcado que el pulir las relaciones no sólo tiene fines diplomáticos.
Bundespräsident Köhler in Zagreb in Kroatien
H. Köhler conversa con estudiantes del Instituto Goethe de Zagreb.Imagen: picture-alliance / dpa

Y así, tras cinco días de saludos, paseos, charlas y encuentros, el jefe del Estado alemán, Horst Köhler, ha puesto punto y final a la gira que le llevó hasta Croacia y Macedonia. “Ocuparse de esta región es muy importante”, declaró Köhler a Deutsche Welle. “Sólo asegurando su estabilidad y otorgándole perspectivas europeas podremos acabar con la división del continente y colocar a Europa en el lugar internacional que se merece, y en el que resto del mundo espera encontrarnos.”

Köhler es un reconocido partidario de que las repúblicas nacidas de la disgregación yugoslava se integren en la Unión Europea. Eslovenia ya lo ha conseguido. Albania, Bosnia-Herzegovina, Montenegro, Serbia y, desde su independencia, Kosovo, aspiran a ser Estados miembros de momento sólo a largo plazo. Croacia y Macedonia cuentan como próximos socios pero, mientras que la entrada de la primera tiene fecha posible, un sinfín de interrogantes obstaculiza el abrupto camino de la segunda.

Croacia, ¿miembro número 28?

Bundespräsident Horst Köhler in Kroatien
H. Köhler pronuncia un discurso en Croacia.Imagen: DW / Marija Kundek

El pasado lunes, Horst Köhler aterrizó en Zagreb, la capital de Croacia. Con sus 1.800 kilómetros de costa, este país se ha convertido en uno de los destinos vacacionales preferidos de muchos europeos, que quizás puedan acercarse pronto a sus playas sin abandonar la UE.

“Estoy convencido de que Croacia va a ser el Estado miembro número 28”, declaró en marzo el primer ministro croata, Ivo Sanader, después de reunirse con el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso. “Confío en que Croacia cumpla todos los requisitos”, dijo a su vez el mandatario europeo, “es posible que el año que viene [2009] concluyamos las negociaciones de ingreso”.

Bundespräsident Horst Köhler zu Besuch bei Stipe Mesic in Kroatien
H. Köhler estuvo tres días en Croacia.Imagen: DW / Marija Kundek

Muchos croatas esperan poder celebrar el uno de enero de 2010 el estreno comunitario de su país. Las probabilidades son altas, pero el equipo de Sanader tendrá que emplearse a fondo si no quiere que el 2009 pase sin un aprobado europeo. Croacia tiene que hacer mejor uso del dinero que llega desde Bruselas, advierte la Unión, y colaborar más con el tribunal que juzga los crímenes de guerra cometidos en la ex Yugoslavia.

“En el proceso de ingreso, a este país todavía le queda mucho por hacer”, recordó Köhler, “pero el espíritu está ahí, la sensación de pertenencia a Europa, de ser parte de la gran familia europea”. Los croatas que hace unos días se manifestaban en las calles de Zagreb porque ganan un 26% menos que la media de los europeos esperan que, en un futuro próximo, la UE no sólo sea fuente de turistas, sino también de bienestar.

Sin Gobierno, sin OTAN, sin nombre, sin dinero: los problemas de Macedonia bloquean el ingreso del país en la Unión Europea. ¡Siga leyendo!

Köhler in Mazedonien
Horst Köhler, recibido con honores en Skopje, la capital de Macedonia.Imagen: picture-alliance / dpa

Conflicto entre eslavos y albaneses

En 2005, la UE concedió oficialmente a Macedonia el título de “país candidato”. Después de que los Balcanes demostraran la inefectividad de la política exterior comunitaria, que tuvo que recurrir a Estados Unidos en territorio propio, Macedonia era el contraejemplo: el país en el que la diplomacia europea había logrado evitar una guerra civil. Un éxito para Bruselas.

Javier Solana, encargado de las relaciones internacionales de la UE, estuvo presente cuando en agosto de 2001 albaneses y eslavos macedonios firmaron el Acuerdo de Paz de Ohrid, que comprometía a Macedonia a descentralizar su administración, a fomentar la igualdad entre sus etnias y a aceptar al albanés como lengua estatal. A cambio, el Estado se aseguraba su integridad.

Bundespräsident Horst Köhler in Gymnasium in Skopje
H. Köhler con alumnos de secundaria en Skopje.Imagen: Petr Stojanovski

Macedonia la componen poco más de dos millones de habitantes: la mayoría eslavos, un cuarto de la población son albaneses, la principal minoría del país. La brecha que aquí separa a los pueblos viene de lejos, se remonta a los años de Tito. Pero en 2001, grupos armados albaneses y las fuerzas de seguridad eslavas libraban una batalla muy parecida a una guerra.

Hubo sangre, pero se cortó antes de que alcanzara el río. Por lo menos, en grandes cantidades. Sin embargo, los acuerdos de paz no solucionan por sí solos los problemas. Al poco de iniciar las negociaciones de adhesión, los representantes comunitarios tuvieron que reconocer que a Macedonia todavía le queda mucho por solventar.

Negociaciones congeladas

Mazedonien EU Olli Rehn in Skopje
Olli Rehn (izq.), comisario de Ampliación europeo, visitó Macedionia en marzo.Imagen: AP

Después de tres días en Croacia, Horst Köhler llegó el miércoles a uno de los países más pobres de Europa: Macedonia. En 2007, la Comisión Europea le dedicó un informe muy negativo. Sobre todo la corrupción constituye un “problema muy grave”, dice el documento. Y la euforia del comisario europeo de Ampliación, Olli Rehn, cuando a principios de este año aseguraba que el 2008 podría ser “histórico” para la ex república yugoslava, ha quedado sepultada por una montaña de escombros políticos.

Tras 20 meses compartiendo gobierno con los eslavos, el Partido Democrático de los Albaneses decidió retirarse de la coalición y dejar al Ejecutivo en minoría. El retraso en el reconocimiento de Kosovo, de mayoría albanesa, como Estado independiente fue una de las causas, pero también la postergación de la aceptación del albanés como idioma oficial y la ilegalidad de la bandera albanesa contribuyeron al desentendimiento.

Bundespräsident Köhler mit dem mazedonischen Präsidenten Crvenkovski
H. Köhler (izq.) con su homólogo macedonio, Branko Crvenkovski.Imagen: AP

Y además está el conflicto con Grecia, que se niega a aceptar el nombre de “República de Macedonia” y ha vetado las negociaciones de ingreso del país en la OTAN. La decepción de los macedonios por este asunto es grande, dijo haber notado el presidente Köhler. Los macedonios votarán de nuevo y anticipadamente el uno de junio, y el Gobierno en funciones espera que para la fecha esté zanjado el conflicto por el bautizo de este Estado, independiente desde 1992 pero aceptado por la Comunidad Internacional bajo diversos apelativos.

Mientras tanto, la Comisión Europea advierte: “No podemos más que animar al próximo Gobierno a concentrarse en poner en marcha las importantes reformas necesarias. Esto es imprescindible para que podamos proponer al Consejo de Ministros que abra las negociaciones de ingreso del país en la UE”. Negociaciones que, por el momento, están congeladas.