Presentan nueva obra de Cabrera Infante
11 de marzo de 2010Es un "libro mítico", dice el escritor español Juan Goytisolo respecto a la última novela de Guillermo Cabrera Infante, "porque he oído hablar de él durante 20 años". "Cuerpos divinos" fue presentado hoy en Madrid, entre otros, por la propia viuda del no menos mítico literato cubano, fallecido en 2005, pero cuyos cajones siguen arrojando material inédito.
La novela -"imposible de presentar", similar a intentarlo con una película inédita de Bergman o de Hitchcock, señala el ex presidente del Instituto Cervantes Fernando Rodríguez Lafuente, otro de los ponentes del encuentro- es una crónica de los años previos y posteriores a la Revolución Cubana, narrados desde la perspectiva de un joven Cabrera Infante. Un mosaico de La Habana, reconstruida minuciosamente por el narrador al compás del descubrimiento del gran amor de su vida.
"La Habana es el Dublín de Cabrera Infante", dice Rodríguez Lafuente para explicar por qué el imaginario de esa ciudad le debe tanto al autor de "Tres Tristes Tigres", su canto inaugural al endiablado ritmo de La Habana, pese a los desamores de la Cuba oficial desde que el autor mostrara su desencanto con la revolución.
"Es un libro en el que nunca se pone el sol", señala por su parte el columnista español Juan Cruz, que halaga la "capacidad de la memoria casi milagrosa" del literato. La Habana, un rincón tropical mítico "reinventado" ya a menudo con talento en el papel o incluso el celuloide - "Habana Suite", por ejemplo, del cineasta Fernando Pérez-, es reconstruida paso a paso en la novela.
"Cada esquina" es descrita con esmero en el texto, como recuerda el filósofo español Fernando Savater, otro invitado en la sede madrileña de Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores.
Fiel al estilo inconfundible de Cabrera Infante, la narración avanza al ritmo musical tan característico de la prosa del escritor cubano, algo así como "leer mientras se escucha un foxtrot" o sintiendo incluso los "baches de una carretera en La Habana", en palabras de Cruz.
El libro, que el propio autor describe como una "biografía velada" disfrazada de ficción en sus apuntes, se centra en el amor de Guillermo y la figura ficticia Elena, Miriam Gómez Cabrera Infante, en realidad.
"Van a saber tantas cosas íntimas de mí que me aterra", dice la viuda del literato en Madrid, que no puede contener una lágrima cuando recuerda a Guillermo, su "ángel de la guarda", durante la presentación. Las vicisitudes de una pasión nacida en las calles de La Habana vertebran todo el relato.
El propio título -una "frase más inolvidable que el momento", cuenta el narrador ficticio- surge de un dictamen monumental de la amante, justo cuando un pasajero percance intestinal perturba el trance del amor: "No importa, no somos cuerpos divinos".
"Ahí se quedan con el libro. Es de ustedes. Lo pueden leer como quieran, sexualmente, políticamente o 'hemingwaymente'", dice también la segunda esposa y el gran amor de Cabrera Infante. Alude con ello a otra de las facetas del libro, la descripción irónica de los encuentros del autor con el escritor norteamericano Ernest Hemingway.
"Cómo le da a Hemingway", dice Rodríguez Lafuente al rememorar la lectura de la prosa sutilmente irónica del mejor Cabrera Infante, una característica sin la cual es inconcebible la prosa del autor cubano. Memorable es también, agrega, la descripción iconoclasta del Che Guevara en "Cuerpos divinos". Son cuatro líneas, en realidad, en el tramo final del libro. De antología.
"Todavía queda Guillermo por delante", indica por otro lado Savater para dar una pista a los lectores no sólo de cara a esta novela, sino también sobre las próximas publicaciones en Galaxia Gutenberg de más textos inéditos del autor.
En el marco de las Obras Completas, dice a dpa un responsable de la editorial, serán dos tomos con sus escritos sobre cine. Más o menos "el doble de lo que se conoce ahora".
DPA
Editor: Enrique López