Literatura chilena en Alemania
14 de marzo de 2014La presencia de los novelistas Nona Fernández y Carlos Labbé en la reciente Feria del Libro de Leipzig y en una velada especial dedicada a la Nueva Literatura Chilena en el Instituto Cervantes de Berlín representa, en palabras de estos creadores, un hito en la promoción, en Alemania de la nueva generación emergente de escritores chilenos a la que ambos pertenecen.
La traducción al alemán de las novelas Mapocho y El cielo, de Nona Fernández, por la editorial austriaca Septime, y de Navidad y Matanza, de Carlos Labbé, en la casa editora alemana Lateinamerika llega en un momento de desfase entre el alto nivel de la literatura latinoamericana y su recepción en el universo editorial de la lengua alemana, luego de épocas de una gran receptividad que permitieron la traducción al alemán de movimientos literarios fundamentales como el boom en los años 70, el post-boom en los 80 y la nueva novela negra o neopolicial latinoamericano de la década del 2000.
El problema es la traducción
Al protagonismo inicial de las editoriales más reconocidas, encabezadas por la mítica Suhrkamp, quienes descubrieron para el lector alemán autores chilenos como Pablo Neruda, José Donoso, Nicanor Parra, Gonzalo Rojas, o Jorge Edwards, se le fue sumando el trabajo aislado de otras editoriales medianas y pequeñas pero sólidamente establecidas dentro del mercado editorial de la lengua y, sobre todo en los últimos cinco años, el empuje de sellos editoriales alternativos e independientes. Esa labor de tres segmentos bien diferenciados de la producción y promoción del libro ha propiciado la presencia de nuevos títulos que van desde las obras de escritores del post-boom como Isabel Allende o Antonio Skármeta, de la llamada Nueva Narrativa Chilena de los 90 como Alberto Fuguet, “lobos esteparios” (es decir, figuras que no pueden clasificarse claramente dentro de ningún movimiento) como Roberto Bolaño o Roberto Ampuero, hasta el joven novelista Alejandro Zambra, el nombre internacionalmente más conocido entre las dos últimas generaciones de escritores de Chile.
El gran problema para un mayor conocimiento de la literatura chilena en lengua alemana, especialmente en tiempos de la prolongada crisis del mundo editorial internacional que ya alcanza los 15 años, sigue siendo la traducción y el alto coste que la misma implica para los editores. Existe un interés real en las letras latinoamericanas. Incluso resulta curioso que en el mundo editorial alemán aún exista una figura ya desaparecida en otras latitudes: el Scout literario, generalmente traductores que trabajan como una especie de explorador que se mantiene actualizado de los movimientos literarios en América Latina, Asia y África, y propone a las editoriales aquellos autores que le parecen más significativos o que pudieran tener una buena recepción en el interés del lector alemán.
Alemania pierde a la nueva generación
Durante sus intervenciones en la Feria de Leipzig y en el Instituto Cervantes de Berlín, Nona Fernández y Carlos Labbé reconocieron que la literatura chilena ha tenido presencia en la lengua alemana aunque sea sólo a través de algunos de los autores más importantes, pero consideran que el amplio movimiento generacional, la calidad de las obras y la existencia de nuevos nombres que ya son hitos dentro de las letras chilenas y en lengua española merecerían una mayor atención y difusión en Alemania y otros países, y por ello dijeron sentirse privilegiados al ver sus libros traducidos al alemán.