Presas: agua, poder y política
Las mega represas generan electricidad ecológica, impulsan la economía y se consideran símbolo de estatus. Pero, río abajo, muchas tienen consecuencias devastadoras para el nivel de agua, las personas y el medioambiente.
GERD - símbolo nacional
Con 145 m de altura y casi 2 km de longitud, se espera que la Gran Presa del Renacimiento Etíope con 5 GW duplique la electricidad del país. Al no contar con la aprobación de los países de la cuenca, el Banco Mundial se negó a financiarla. La construcción, de 4.800 millones de dólares, fue posible gracias a donaciones privadas y bonos del gobierno y se convirtió en un símbolo nacional.
Preocupaciones río abajo en el Nilo
Es cierto que Etiopía ha prometido utilizar el agua del Nilo embalsada en la GERD solo para la generación de energía y no desviar nada para el riego del país. Sin embargo, río abajo, Egipto y Sudán temen no recibir suficiente agua de la gran presa para poder cultivar el Delta del Nilo.
Muchas mega represas en el Mekong
China es el mayor productor mundial de energía hidroeléctrica. Después del carbón, es la segunda fuente de electricidad del país. Desde la década de 1990, la República Popular China ha construido once enormes presas en el río Mekong. Pero Laos, Tailandia, Vietnam y Camboya también dependen del agua del Mekong. Las mega represas de China están teniendo un impacto devastador en ellos.
Sequía en Camboya
Las presas chinas retienen enormes cantidades de agua y por ello el nivel y el caudal del río Mekong río abajo han cambiado drásticamente. Las sequías son cada vez más frecuentes. Los peces están disminuyendo y las tierras agrícolas se están secando. La pesca y la agricultura en Tailandia y Camboya se ven especialmente afectadas. Y el Delta del Mekong, en Vietnam, también sufre los cambios.
China donante
China también está invirtiendo en cientos de proyectos hidroeléctricos en el extranjero, como en Laos, Portugal, Kazajistán, Argentina y África. En el pasado, estos proyectos solían financiarse con fondos del Banco Mundial. Pero a diferencia de este, China no depende de la aprobación de otros países de la cuenca. Por ello, las preocupaciones de los países ribereños suelen quedar desatendidas.
Expulsiones para la electricidad
La presa de Souapiti, en Guinea, está financiada por la empresa China International Water & Electric Corporation. Con una capacidad de 450 MW, se espera que mejore notablemente el suministro energético del país. Sin embargo, más de 250 kilómetros cuadrados de tierra fueron inundados para el embalse y, según Human Rights Watch, unas 16.000 personas fueron desplazadas de sus pueblos.
Represa en la frontera
La presa de Itaipú, en el río Paraná, entre Brasil y Paraguay, inundó grandes extensiones de bosque y provocó el desplazamiento de 65.000 personas. A pesar del acuerdo de cooperación para la construcción de la central hidroeléctrica conjunta, la presa sigue provocando tensiones entre los dos países hasta el día de hoy.
Preocupación por el Colorado
La tensión en la frontera entre México y EE. UU. no solo se debe a bandas de traficantes que introducen personas del sur, a veces por rutas peligrosas, en EE. UU. El nivel de agua del río Colorado, a menudo bajo, también es motivo de preocupación. Para cuando el río llega a México, ha atravesado siete estados de EE. UU. y varias presas que desvían su agua para regar los cultivos estadounidenses.
La presa Morelos - un ejemplo positivo
Sin embargo, México y EE. UU. están colaborando para utilizar la presa de Morelos en su frontera para regar el Valle de Mexicali. Se trata de imitar el flujo natural del río hacia el delta del Colorado. Para Scott Moore, especialista en recursos hídricos del Grupo del Banco Mundial, se trata de un exitoso ejemplo de colaboración entre Estados, grupos ecologistas y agricultores.