Captura de "Otoniel": más violencia, no menos narcotráfico

El diario Süddeutsche Zeitung, de Múnich, alude a las especulaciones sobre el trasfondo de la detención del jefe del Clan del Golfo y plantea: "Pocos días después de la captura del narcotraficante Dairo Antonio Úsuga, alias 'Otoniel', se disipa lentamente la alegría en Colombia; y, al mismo tiempo, cunden las dudas en torno a los beneficios y las circunstancias de la aprehensión.

Como presunto jefe del Clan del Golfo, 'Otoniel' es uno de los responsables de que en los últimos años se hayan contrabandeado toneladas de cocaína de Colombia a Estados Unidos. También se le imputa haber encargado asesinatos y haber tenido participación en secuestros y abusos de menores (…)

La detención fue calificada por el presidente Iván Duque como el mayor éxito desde la caída de Pablo Escobar, en los años 90. Con orgullo fueron difundidas las fotos del detenido. Pero estas no muestran a un hombre perplejo o enfurecido. Por el contrario: 'Otoniel' sonríe a la cámara. Eso alimentó especulaciones en cuanto a si el jefe del Clan del Golfo fue realmente descubierto en su escondite de la selva, o si se entregó a las autoridades.

(…) Contra eso habla el hecho de que el Gobierno ya anunció su propósito de extraditarlo a Estados Unidos. 'Otoniel' probablemente hará todo lo posible para evitarlo. Y quizá eso pueda inducirlo a cooperar con las autoridades colombianas y a hacer declaraciones sobre la estructura de su organización, así como sobre los crímenes que ha cometido. Para las víctimas y sus familiares, sería una oportunidad para el esclarecimiento judicial de los casos. Pero es dudoso en qué medida podría la colaboración de 'Otoniel' ayudar a combatir el narcotráfico.

La demanda de cocaína a nivel mundial se mantiene y seguramente las rutas y redes del Clan del Golfo siguen intactas. Los expertos no tienen mayores dudas de que el negocio continuará como siempre. Pero, al mismo tiempo, existe el temor de que estalle una sangrienta guerra por su sucesión.

En consecuencia, el mayor beneficiado con la captura probablemente sea el presidente de Colombia: Iván Duque es un halcón de derecha que, pese a todos los esfuerzos, ha fracasado en frenar la producción de cocaína. Al mismo tiempo, su popularidad baja en las encuestas. También por eso, Duque celebró tan profusamente la detención de 'Otoniel'."

Temor a una nueva ola de violencia

También el periódico TAZ menciona en su artículo los temores de que se desate una lucha de poder y una ola de violencia tras la captura del narcotraficante: "Es más que dudoso que la detención de 'Otoniel' marque el fin del Clan de Golfo, como anunció el presidente Duque. Alguien lo sucederá, es un hecho. El diario El Espectador ya menciona varios posibles sucesores. (…)

De acuerdo con la ONG Indepaz, el Clan del Golfo actúa en casi 300 ciudades y comunidades de Colombia. Además del tráfico de drogas, está involucrado en la minería ilegal, el desplazamiento de personas y el asesinato de defensores de los derechos humanos. Analistas y defensores de los derechos humanos parten de la base de que habrá un aumento de la violencia tras la captura de 'Otoniel'.

Según Elizabeth Dickinson, de Crisis Group, ese es el patrón observado en Colombia cuando se neutraliza al 'número uno' de una organización: en ese momento escalan tanto las luchas de poder internas, como las pugnas entre diversos grupos criminales, que intentan llenar el vacío de poder. Es sabido que el Clan del Golfo estaba ya dividido y solo 'Otoniel' mantenía su cohesión."

Al servicio del Cartel de Sinaloa

El rotativo suizo Neuer Zürcher Zeitung, por su parte, entrega algunos detalles más sobre el Clan del Golfo: "A diferencia de los carteles de la droga, el clan no trabaja como una empresa en todas las etapas del negocio. Más bien ofrece a las organizaciones narcotraficantes sus servicios de transporte, almacenamiento, embarque y vigilancia de la mercancía.

En Colombia se considera al Clan del Golfo como representante del poderoso Cartel de Sinaloa, de México, para el que organizan la cadena de suministros. Cuando, hace cinco años, las FARC sellaron el acuerdo de paz y abandonaron la lucha armada y el narcotráfico, fueron sobre todo los 'urabeños' los que llenaron los espacios dejados por la guerrilla."

(rml)