El contraataque de la sociedad civil en Brasil

"Resistencia en brasileño", titula Der Tagespiegel una crónica que arranca con el relato de una protesta antirracista en las calles de Río de Janeiro. Los asistentes son variados: activistas afrobrasileños y por los derechos de las mujeres, fanáticos del fútbol, diversos grupos de izquierda…

 "Hasta ahora, Bolsonaro tropezó con poco viento en contra, pero en las calles se está formando la protesta contra el presidente brasileño. (…) En ningún otro país como en Brasil se han agitado tanto las protestas contra la violencia policial en Estados Unidos. Por un lado, porque las figuras políticas de Donald Trump y Jair Bolsonaro son parecidas y, por el otro, porque en Brasil existen los mismos problemas estructurales de racismo y violencia policial.(…) Bolsonaro lleva un año y medio en el cargo. Pero, mientras sobre todo en Europa se critica con fuerza su estilo de gobierno, en Brasil no se han producido grandes protestas. Eso es algo atribuible a la debilidad de la oposición. (…) Será interesante ver si salen nuevos líderes de oposición de los variados grupos que ahora protestan de forma pacífica en las calles de Sao Paulo y Río de Janeiro".

Depresión brasileña

"La crisis del coronavirus y el presidente Jair Bolsonaro son una combinación capaz de doblegar al empresario más optimista y emprendedor ", dice la nota del periódico económico Handelsblatt, titulada "Depresión brasileña". "Bolsonaro, el supuesto reformador y luchador contra la corrupción, ya no cuenta con el ministro de Justicia con el que iba a combatir la corrupción. Depués quitó competencias a su ministro de Economía para entregar su programa central de infraestructura a los militares, a quienes ha dado todos los puestos clave de su Gobierno, incluyendo ahora también el ministerio de Salud en plena pandemia. Con todo ello, deja claro que el bienestar de la población, las reformas de Estado y las prácticas económicas limpias no le interesan ni lo más mínimo. La confianza de los brasileños se esfuma, así como su bienestar y, todo ello, a una velocidad vertiginosa".

Creciente rechazo a Bolsonaro

"En la ciénaga de la pandemia", titula el diario suízo Neue Zürcher Zeitung su crónica desde Brasil. "Un número creciente de víctimas mortales de la COVID-19, hospitales sobrepasados, economía en caída libre… y ¿qué hace el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro? Aparece regularmente en las manifestaciones de sus  seguidores, quienes no creen en las medidas de aislamiento social y reclaman una intervención militar, así como el cierre del Tribunal Superior de Justicia y del Congreso. Además, acusan a las instituciones de sobrepasar sus competencias, recortando con sus decisiones el poder del jefe del Estado. Desde hace varios domingos, estos pequeños grupos protestan en diversas ciudades.

Pero ahora se está formando un contramovimiento. Han surgido numerosos movimientos de la sociedad civil preocupados por la democracia en Brasil. La iniciativa «Estamos Juntos» ha hecho público un manifiesto que ya cuenta con 280.000 firmas y el hashtag de Twitter #Somos70porcento también triunfa en las redes. Una reciente encuesta del Instituto Datafolha muestra el creciente descenso de popularidad del presidente: el 43 por ciento de los brasileños valoran como "mala" su gestión, mientras que al 22 por ciento le parece "mediocre". Sin embargo, Bolsonaro sigue teniendo un fiel núcleo duro de seguidores del 33 por ciento.

Una razón para el creciente rechazo que despierta Bolsonaro es la gestión de la pandemia. Primero habló de "gripecilla" y se posicionó contra las medidas de aislamiento. Destituyó a su primer ministro de Salud y después llevó a su sucesor a renunciar al cargo. Desde entonces, un militar sin ninguna formación médica dirige interinamente el ministerio. La cifra de nuevos contagios no hace sino aumentar y el Gobierno decidió el pasado fin de semana no hacer públicos los datos de los casos de coronavirus y sus víctimas mortales".

ms/er

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