Prensa en alemán: crisis en Bolivia y ataque a la Amazonía
14 de agosto de 2020“Un país en las garras de la crisis”: así describe el diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung la situación por la que está pasando Bolivia: “Desde la anulación de las elecciones, en octubre pasado, y la renuncia forzada del presidente Evo Morales, Bolivia parece no encontrar una salida. Por el contrario. Luego de meses de una aparente tranquilidad, el país andino está hoy nuevamente al borde del caos. (…) Desde hace días, seguidores radicalizados de Evo Morales, que vive en el exilio, y diversas organizaciones, lideradas por el mayor sindicato boliviano, tienen atenazado al país. El motivo de las protestas es una decisión del Tribunal Supremo Electoral (TSE) de postergar una vez más las elecciones presidenciales. (…) El gobierno de transición anunció duras medidas y amenazó con 'usar todos los recursos' para terminar con los bloqueos. Pero la ira de la izquierda boliviana está motivada por las nuevas elecciones, no tanto por su aplazamiento. (…) Esta vez, Morales no podrá presentarse como candidato. En Bolivia fue acusado de terrorismo porque se lo responsabilizó de las protestas violentas y los bloqueos de rutas. Los actuales disturbios podrían tener consecuencias jurídicas para otros candidatos de su partido, el MAS. La Fiscalía de la Paz dio curso a una denuncia del gobierno de transición contra Evo Morales, contra el candidato de ese partido, Luis Arce, así como contra otros miembros y líderes sindicales por 'terrorismo y genocidio'. El accionar de la Justicia parece confirmar los temores del MAS de que el gobierno de Jeanine Áñez tiene como meta excluir a ese partido y a sus candidatos de las nuevas elecciones, dado que ella no tiene posibilidades de ganar. Morales habría desaconsejado exigir la renuncia de Áñez, llamó a poner fin a los bloqueos de carreteras y recomendó aceptar el aplazamiento de las elecciones, con la condición de que sea monitoreada por observadores internacionales. Pero ese llamamiento de Morales no ha sido suficiente para calmar los ánimos".
"Hierve la Araucanía"
El periódico alemán Die Tageszeitung (taz) se refiere al conflicto con los mapuches en Chile: “Empresas de la región de la Araucanía han llamado a luchar contra el ´terrorismo´ mapuche. (…) La región chilena de la Araucanía hierve. A finales de julio, miembros de la comunidad mapuche ingresaron a cinco edificios municipales. Como los alcaldes no ordenaron desalojarlos, habitantes de las localidades de Curacautín y Victoria entraron a las sedes municipales armados con varas de hierro y palos de madera para desocupar las alcaldías por mano propia. Gritando frases racistas ingresaron con violencia al los municipios, y finalmente fueron desalojados por la Policía. (…) Con la ocupación de las alcaldías, los mapuches querían apoyar a 28 presos mapuches en huelga de hambre. (…) Entretanto, el estado de salud de esos presos es más que crítico. ´La presión de los habitantes empujó a los carabineros a desalojar el lugar´, dijo el alcalde de Victoria, Javier Jaramillo. ´Es la primera vez que los ciudadanos se enfrentan entre sí´, agregó. (…) Los mapuches no son una comunidad homogénea que tira para el mismo lado. Muchos de ellos, sin embargo, quieren lograr la autodeterminación y recuperar el derecho sobre sus tierras. Se remiten a la Convención 169 de la Organización Mundial del Trabajo (OIT), que Chile suscribió en 2008 y que exige ´la protección efectiva de sus derechos de propiedad y posesión´. En los encarnizados conflictos con el Estado, el gobierno y las empresas mineras y madereras vinculadas con ellos, los mapuches reclaman el acceso a las fuentes naturales de recursos".
La brecha entre el gobierno y la realidad chilena
El matutino suizo Neue Zürcher Zeitung titula: “Chile subestimó la pandemia”, refiriéndose a que el manejo de la misma vuelve a desenmascarar la brecha socioeconómica entre la población chilena y la élite que la gobierna. (…) “El falso triunfalismo continuó en abril, cuando el gobierno chileno presentó un plan para un retorno seguro a la vida cotidiana. Pero fue ahí cuando la realidad lo superó: a mediados de mayo, los contagios se dispararon, y los hospitales de Santiago estaban al límite. Entretanto, Chile, con sus 19 millones de habitantes, es uno de los países más afectados por el coronavirus en el mundo, en cuanto a casos por cantidad de habitantes. (…) Las estimaciones erróneas en la crisis del coronavirus fueron un tiro en el pie para el gobierno, ya que, a ojos de muchos chilenos, las autoridades confirmaron con eso justamente aquello de lo que se las acusó durante las protestas masivas de 2019: ignorar la desigualdad social en el país. (…) Si algo sacaron a la luz esas protestas, es cuán alejada está la élite política gobernante de la realidad de los ciudadanos. (…) Para amortiguar las consecuencias económicas de la pandemia, el Congreso de Chile puso en marcha un proyecto de ley que permite el pago adelantado de las pensiones. (…) El presidente Piñera combatió ese proyecto de ley hasta el final, pero finalmente lo firmó. Quería dejar intacto el sistema privado de jubilaciones que fue concebido durante la dictadura militar de Augusto Pinochet. Es notable que los votos decisivos a favor de esa ley hayan venido de diputados de la coalición de centroderecha".
Ataque sin precedentes a la selva amazónica
“Cruzada de la venganza”: así llama la revista alemana Der Spiegel a la tala sin precedentes de la selva amazónica en Brasil durante la pandemia: “En una época en la que los políticos son expertos actores ante los medios, no es demasiado frecuente poder ver detrás de la fachada. En Brasil, sin embargo, apareció recientemente un video que lo deja a uno sin aliento. El video fue tomado en una reunión de gabinete a fines de abril. Un juez lo dio a conocer porque documentó así el intento del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, de proteger a su familia de las investigaciones policiales.” Además de referirse a los improperios lanzados por Bolsonaro contra la Corte Suprema de Brasil, la nota de Der Spiegel resalta el “cinismo insuperable de un hombre que muchos brasileños conocen ya como el ´ministro de Destrucción del Medio Ambiente´, Ricardo Salles. Este declaró que, en esta crisis del coronavirus que azota a Brasil como a casi ningún otro país del mundo, reconoció ´una oportunidad´. Según él, como la atención de los medios se centra en el COVID-19, hay que aprovechar el momento para dar pasos concretos en el Amazonas. Salles advirtió que hay que simplificar la burocracia y terminar con las regulaciones obstaculizadoras. ´Pasemos el ganado´ a toda la normativa ministerial, dijo, una expresión que en portugués de Brasil significa ´revisar en profundidad´. Si bien Salles se refirió a la normativa, bien podría haberse referido a hacer eso con la selva amazónica. (…) Desde 2019 desaparecieron más de 10.000 kilómetros cuadrados de selva, informó el instituto brasileño de investigación Inpe a comienzos de junio de 2020, tanto como no había desaparecido desde 2008. Al mismo tiempo, investigaciones de la organización no gubernamental Human Rights Watch afirman que la oficina de Medio Ambiente Ibama, que depende de Salles, ya casi no aplica multas a los responsables de la tala ilegal en la Amazonía brasileña. (…) En estas semanas en las que el virus tiene atrapada a la gente a sus hogares, en el interior de Brasil se está produciendo un ataque sin precedentes a la selva amazónica".
(ers)
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