"Zonas de silencio" en México
28 de enero de 2022El periódico Neues Deutschland escribe sobre la importancia del litio para la industria del automóvil, pero también sobre el precio ecológico que países como Bolivia, Chile y Argentina pagan por su extracción:
"'El litio es una de las materias primas clave para la electromovilidad', dijo Andreas Wendt, del Consejo de Administración de BMW, cuando la empresa automovilística anunció la celebración de un contrato de suministro de litio por valor de unos 285 millones de euros con la empresa estadounidense Livent, en marzo de 2021. Livent extrae el litio principalmente del Salar del Hombre Muerto, situado en la parte argentina del triángulo del litio.
Para extraer el litio, la salmuera almacenada bajo los lagos salados de la región se bombea a cuencas poco profundas y se mezcla con una enorme cantidad de agua dulce. La luz del sol hace que el agua se evapore. Al mismo tiempo, la salmuera pasa por varias cuencas de las que se extraen diferentes minerales y metales. La primera es la simple sal de mesa. El último es el carbonato o hidróxido de litio. El proceso puede durar entre seis meses y un año. Se necesitan dos millones de litros de agua para extraer una tonelada de litio.
Para una región con extrema escasez de agua, esta gestión del agua supone un cambio de gran alcance en el ecosistema. La perforación de la tierra y el bombeo de las salmueras a la superficie da lugar a una mezcla con el agua dulce. No solo el agua se saliniza, sino que el inmenso consumo de agua hace descender el nivel de los depósitos subterráneos de agua dulce, que se alimentan exclusivamente de la lluvia y no tienen salidas naturales.
Las consecuencias afectan a las comunidades locales y a sus pastos y agricultura, así como a su producción tradicional de sal. 'Si Livent triplica su producción como se ha anunciado y las otras siete empresas que están instalando sus plantas comienzan a extraer, el consumo de agua pondrá patas arriba todo el ecosistema del Salar del Hombre Muerto', afirma la abogada ambientalista argentina Verónica Gostissa. Ella no es la única que piensa así."
Balance devastador
El diario Sueddeutsche Zeitung comenta sobre el presidente de Brasil y su balance medioambiental:
"En otoño, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, quiere ser reelegido. Es difícil juzgar en este momento las posibilidades del político de extrema derecha, pero una cosa parece segura: La reelección de Bolsonaro sería devastadora para la protección del clima y del medio ambiente.
Sin embargo, es dudoso que ese devastador historial medioambiental de Bolsonaro tenga lo necesario para dañar su proyecto de reelección. La protección del clima sí que ha cobrado importancia en Brasil y se reclama en las manifestaciones, pero casi exclusivamente por parte de los jóvenes de izquierdas residentes en metrópolis como Sao Paulo y Río de Janeiro, que de todas formas tienden a no votar a Bolsonaro.
A sus partidarios, les interesan otras cosas: están a favor de la flexibilización de las leyes de armas, en contra de la igualdad de género y contra la 'casta' de los políticos establecidos. Un factor decisivo en la elección de Bolsonaro hace tres años fue que, al igual que Donald Trump en Estados Unidos, era percibido como un outsider.
Tras cuatro años en la jefatura del Estado, el político de derechas ya no puede pretender ser un outsider. Sus índices de apoyo son actualmente bajos, principalmente porque muchos brasileños están descontentos con la mala gestión de la pandemia y el empeoramiento de la pobreza.
El expresidente de izquierdas Lula da Silva se encuentra en clara ventaja en las encuestas electorales, en este momento. Bolsonaro intenta ahora contrarrestarlo: el presidente ha prometido a la población brasileña nuevas prestaciones sociales y quiere aumentar los salarios de todos los funcionarios. Al fin y al cabo, todavía queda algún tiempo antes de las elecciones de otoño."
Autocensura por miedo
El diario Frankfurter Allgemeine Zeitung comenta sobre los últimos asesinatos de periodistas en México:
"López Obrador describe la violencia como la herencia de sus predecesores de los últimos veinte o treinta años. Sin embargo, la situación no ha mejorado durante su mandato. México es el único país en el que el nivel de violencia mortal contra los periodistas no ha cambiado, sino que se ha mantenido igual bajo diferentes Gobiernos, dijo el representante del Comité para la Protección de los Periodistas en México en una entrevista con El País.
La violencia ha sido una constante. El Gobierno de López Obrador ha hecho poco para prevenir o resolver los asesinatos de periodistas y activistas. En cambio, el propio presidente ha atacado a los medios de comunicación críticos.
La violencia contra los periodistas en México, que se manifiesta principalmente a nivel local y se dirige contra los periodistas que tratan temas como la corrupción, la delincuencia o los derechos sobre la tierra, tiene consecuencias de gran alcance.
Así, en algunas regiones del país, donde el crimen organizado y sus apoyos en la política y los negocios son particularmente poderosos, han surgido verdaderas 'zonas de silencio', donde los periodistas y los medios de comunicación ya no pueden desempeñar correctamente sus funciones y se autocensuran por miedo a perder su seguridad y a su vida."
(gg/rml)