Prensa alemana: el hambre regresa a América Latina
28 de mayo de 2021El periódico Neues Deutschland publica un extenso reportaje sobre las protestas en Cali, del que sacamos algunos extractos: "'Capital de la resistencia' o 'epicentro del terror'. Así se designa entretanto en medios de prensa a Cali, tras tres semanas y media de sostenida protesta. Lo que comenzó con una huelga general contra una reforma tributaria el 28 de abril, se ha convertido en un bloqueo permanente de la tercera mayor ciudad de Colombia.
(...) Sobre un muro está escrito en letras negras: ‘La gente tiene hambre'. Una mezcla de pandemia, hambre y pobreza se desbordó con una explosividad que nadie esperaba. Una ciudad en estado de excepción. (...) Falta de todo: asistencia sanitaria, establecimientos educacionales, alimentos, infraestructura y puestos de trabajo, especialmente para los jóvenes. Por eso son sobre todo ellos los que luchan en primera línea por su futuro. La pandemia del coronavirus es para muchos una amenaza menor, aun cuando ha cobrado ya 75.000 muertos en el país. Mientras falta dinero para gastos sociales, Colombia ha invertido fuertemente en equipo militar. La retirada de la reforma tributaria por parte del gobierno, que iba a afectar principalmente a las clases media y baja, no dejó satisfechos a los manifestantes. Tampoco la renuncia de algunos representantes gubernamentales.
La deuda estatal ha subido enormemente en el marco de la pandemia. Al gobierno derechista no se le ocurre nada más que ceñirse a la política de austeridad del Fondo Monetario Internacional, con consecuencias fatales para la sociedad, que ocupa un alto puesto en la lista global de la desigualdad en la distribución de ingresos. (...) El gobierno no tiene otra respuesta a las protestas contra la injusticia social que seguir reaccionando con violencia represiva y una militarización de la vida diaria. Es de temer que más personas caigan víctimas de esa estrategia."
La epidemia del hambre
El periódico Frankfurter Allgemeine Zeitung escribe sobre los estragos que está causando la pandemia del coronavirus en Brasil y el resto de la región: "Una segunda epidemia se extiende en América Latina: el hambre. Se la percibe incluso en las calles de la acomodada metrópoli brasileña. Se la ve en los rostros resignados de los que no tienen techo, cuyos campamentos han proliferado en la ciudad. (...) Hubo años en que ya casi se había olvidado la imagen de niños mendigando en las calles de Brasil. Ahora están de vuelta. Porque nuevamente tienen hambre, como también otros millones de brasileños...
Y la tercera ola de la pandemia ya está en marcha. Nuevamente, el país tiene que intentar evitar el colapso del sistema de salud y miles de muertes, e impedir simultáneamente el colapso social. También con una apertura del sector económico habrá que prepararse para los problemas sociales que persistirán, dice Claudia Carletto, seretaria de Derechos Humanos de Sao Paulo. La pandemia reforzó las desigualdades existentes. El número de personas sin techo aumentó, si bien aún no se cuenta con datos estadísticos. ‘El que tenía poco, ahora no tiene nada', añade. Lo que vale para el relativamente rico Sao Paulo, vale tanto más para el resto del país. Y vale para toda Latinoamérica, donde ha ocurrido lo que cabía temer: las deficiencias del sistema de salud han sido causa de que la pandemia cobrara más vidas que en otras regiones. Y los déficits económicos dejarán heridas sociales peores que en otros lugares. Mientras que la economía se contrajo en el mundo cerca de un tres por ciento, en América Latina y el Caribe cayó un siete por ciento. Centroamericanos, venezolanos y otros emigran de a cientos de miles. En países como Chile y Colombia, la furia de la generación joven se vuelca en manifestacines; se abren profundas brechas políticas”.
Un ministro clave para Bolsonaro
El periódico económico Handelsblatt dedica un artículo a Brasil, titulado "El fiel ayudante de Bolsonaro". Se refiere al ministro de Medio Ambiente, que es objeto de una investigación judicial, y escribe: "Con autorización de un juez de la Corte Suprema, la Policía registró la semana pasada cuentas, oficinas y viviendas del ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles. Nueve de los funcionarios nombrados por él en el Instituto Brasileño del Medio Ambiente (Ibama), entre ellos su presidente, fueron suspendidos por 90 días. Existen sospechas de complicidad con el contrabando de madera, lavado de dinero y corrupción. Las autoridades de control financiero encontraron en cuentas del despacho del ministro movimientos sospechosos. El escrito de 62 páginas del juez al tribunal federal se basa sobre todo en informaciones de las autoridades aduanera de Estados Unidos. En medios de prensa se estima que la cooperación entre esas autoridades y la Justicia brasileña en materia ambiental ha adquirido una nueva dinámica desde el cambio en la presidencia estadounidense. Para Salles, la amenaza de un proceso no es nada nuevo. El estaba prácticamente predestinado para el cargo de ministro del Medio Ambiente de Bolsonaro, ya que en su carrera previa como secretario de Medio Ambiente en Sao Paulo y como abogado, defendió a empresas contra normas ambientales. Había sido candidato por cuatro partidos, pero nunca resultó electo. Su carrera política se vio amenazada cuando, en 2018, fue condenado a una cuantiosa multa y le fueron retirados sus derechos políticos por tres años; había modificado planes de uso público a favor de empresas. Pero dos semanas después, Bolsonaro lo nombró ministro de Medio Ambiente, aunque reconoció que nunca había estado en el Amazonas y que no conocía al defensor de los bosques tropicales Chico Mendes. Para su nuevo cargo, parece haber sido útil. ‘Cuando vi con cuánta vehemencia los ambientalistas criticaban su nombramiento, supe que había elegido al correcto', dijo Bolsonaro.
Inmediatamente después del operativo judicial contra Salles, Bolsonaro dejó claro que sigue respaldándolo. Indicó que es ‘un ministro extraordinario'. Y así es. A diferencia de muchos de los ministros conservadors de su gabinete, que han fracasado por incapacidad, Salles prosigue en forma elocuente y eficiente su transformación, de motivación ideológica, de la política ambiental de Brasil. Así, para Bolsonaro, él es irremplazable. Salle no solo realiza una política para los buscadores de oro y los madereros, sino también la política que la mayoría de los hacendados, y también muchos empresarios, esperaban de Bolsonaro”.
(cp)