Más mujeres en rectorías de universidades
12 de julio de 2013América Latina es considerada una de las regiones más desiguales del mundo en donde la esperanza por una mejor calidad de vida y de reconocimiento social pasa por el acceso a la educación, sobre todo a la educación superior.
“Medidas para la inclusion social y equidad en Instituciones de Educación Superior en América Latina”, según sus sigas MISEAL, fue reconocido con el Premio Margherita von Brentano, que otorga la Universidad Libre de Berlín (FU). En el marco de una ceremonia en las instalaciones universitarias el premio mejor dotado de Alemania al area de estudios de género, de 15.000 euros, fue entregado por el rector de la Universidad, Peter André Alt, a las representantes de 12 universidades latinoamericanas y 4 europeas, que integran la iniciativa.
“Tenemos un programa de género y desarrollo en Quito, que es donde se inserta este proyecto de MISEAL, y que es muy importante para nosotros tratándose de la equidad. En las universidades en América Latina hay pocas mujeres que participen en actividades docentes y menos aún en puestos de dirección en universidades. A pesar de que generalmente son muy buenas alumnas no siempre logran concluir sus estudios universitarios porque ya tienen familia y luego les es más difícil insertarse en el mercado laboral”, afirma Betty Espinosa, subidrectora académica de Flacso, Ecuador, que representa a una de las instituciones participantes, en conversación con DW.
Proyecto respaldado por la Unión Europea
El proyecto respaldado por el programa ALFA III de la Unión Europea desde 2011, es coordinado por el Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Libre de Berlín y el Núcleo de Estudios de Género Pagu, de la Universidad Estatal de Campinas, en Brasil. El objetivo es desarrollar medidas de inclusión que den igualdad de oportunidades a grupos sociales considerados marginados o socialmente vulnerables como son las mujeres, los indígenas, las comunidades afrodescendientes, los discapacitados, los adultos mayores, las personas de bajos ingresos y los migrantes.
La idea nació en el marco de la cooperación de la Universidad Libre de Berlín (FU) con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en 2008 en un programa de estudios de género.”En 2010 realizamos un congreso en Berlín al que invitamos a las 16 instituciones a participar y en la discusión maduró el proyecto”, afirma la catedrática mexicana, Martha Zapata Galindo, cofundadora del proyecto que dirige desde Berlín junto con la docente alemana Marianne Braig.
“América Latina está viviendo una época en la que tiene el mayor número de jóvenes en edad y en condiciones de ingresar a la educación superior. Sin embargo, precisamente los grupos más vulnerables son los que tienen mayores dificultades de ingreso. Las universidades tratan de implementar políticas afirmativas pero a veces no tienen los mecanismos para saber si están funcionando bien y enterarse de quiénes están ingresando. Es ahí en donde queremos incidir”, afirma Zapata Galindo.
Democracia educativa en Argentina
“Nosotros en Argentina tenemos una universidad gratuita, pública, autónoma y masiva. No tenemos examen de ingreso. Los aspirantes hacen un curso de ingreso que dura un año y entran directamente a las facultades”, dice por su parte, Nora Domínguez, catedrática de la Universidad de Buenos Aires (UBA). La académica señala que tal vez hay formas más veladas de marginación porque las personas que tienen que trabajar o que provienen de zonas marginadas les cuesta más trabajo ingresar y mantenerse en los estudios. “La UBA está abierta a todas las clases sociales y se las ve a todas, entra todo mundo”, dice.
Nora Domínguez señala que pese a ello las universidades públicas tienen sus problemas y por ello mucha gente prefiere acudir a instituciones privadas. “Las universidades públicas son extremadamente politizadas, puede haber huelgas, aunque hay mucha participación y mucha organización de los estudiantes”. La académica explica que la tradición incluyente universitaria data en su país de 1888 cuando la llegada masiva de inmigrantes europeos urgía darles acceso a una educación laica, gratuita y masiva, una tradición que se ha mantenido, con la salvedad de algunos gobiernos. “Por supuesto que las dictaduras no incluían nada, más bien excluían y mataban”.
Durante la ceremonia Marianne Braig advirtió que no se piense que en Europa se tienen condiciones más avanzadas o privilegiadas. Recordando el legado de la catedrática alemana Margherita von Brentano, Braig destacó que para ella la desigualdad no tenía que ver con los hombres o con las mujeres y mucho menos con la ciencia y la aptitud. “Esto tenía que ver con el arriba y el abajo, con las relaciones de dominación entre grupos poderosos y otros más débiles. Esta sabiduría abre la mirada a otras asimetrías dentro de la sociedad y entre las naciones”.
La mexicana Martha Zapata llegó a Berlín hace 30 años a la facultad de Filosofía de la FU. “Para mí era algo muy nuevo que sólo había una profesora en todo el Instituto de Filosofía, que en aquella época era muy grande y tenía muchos profesores. Margherita von Brentano fue una gran activista. Para detener el transporte de cohetes Pershing en el sur de Alemania se amarraba a las vías del tren. No tenía miedo de enfrentar problemas por sus acciones. También fue la primera en protestar cuando en 1970 fue prohibido en Alemania que los miembros del Partido Comunista trabajaran en el Estado, una exclusión que sigue teniendo vigencia hoy en día”.
Autora: Eva Usi, Berlín
Editor: Enrique López