Premio Nobel de la Paz 2022: una bofetada para Putin
7 de octubre de 2022Con la decisión del Premio Nobel de la Paz de 2022 se envía un mensaje a la opinión pública en Rusia, Bielorrusia y Ucrania; es más, a todo el mundo: distinguimos a aquellos que, en Europa del Este, tienen el coraje de nombrar por su nombre los crímenes monstruosos del régimen de Vladimir Putin. Distinguimos a aquellos que están dispuestos a sufrir en aras de la verdad, a arriesgar sus vidas, a ser encarcelados.
El prestigioso galardón le dolerá a Putin, porque entrará en los libros de historia. El tirano de Rusia y su propaganda estatal podrán ocultarlo, polemizar en su contra y criticarlo cuanto quieran. Sin embargo, no podrán borrar esta decisión buena y sabia del Comité del Premio Nobel de la Paz.
Crímenes preparados sistemáticamente
Los crímenes perpetrados por Putin no cayeron del cielo: ni la guerra de invasión en Ucrania ni la persecución de la oposición en Rusia y Bielorrusia. Putin los ha preparado sistemáticamente durante años.
En Bielorrusia, Ales Bialiatski, uno de los tres Premios Nobel de la Paz, los comenzó a llamar por su nombre hace tiempo. Por ejemplo, el intento de Moscú de destruir la soberanía bielorrusa. Desde hace décadas lucha en defensa del idioma y la cultura bielorrusos, algo que provoca la indignación de Moscú.
Varias veces el autonombrado presidente Lukashenko lo mandó encarcelar, supuestamente por delitos fiscales. Las acusaciones siempre habían sido inventadas. En realidad, Bialiatski fue castigado por documentar cómo las fuerzas de seguridad de su país torturan y encarcelan a los opositores. Intercedió a favor de manifestantes que alzaron la voz en contra de las elecciones fraudulentas, y, en 2021, nuevamente fue condenado a prisión. El Premio Nobel de la Paz se encargará de llamar la atención sobre su destino y el de su patria.
También el Centro de Libertades Civiles, de Ucrania, se dedica a documentar crímenes. En tiempos recientes, la organización se ha destacado por documentar los crímenes de las tropas invasoras rusas en Ucrania. Tiene la esperanza de que los abusos no queden impunes. Para ello, es necesario asegurar pruebas, nombrar a las víctimas. Ya en el pasado, el Centro había abogado porque Kiev se orientara hacia Europa y por fortalecer a la sociedad civil ucraniana.
"Memorial", ejemplo para muchas ONG
De los tres galardonados, la organización de derechos humanos Memorial es la más conocida. Ya en la década de los 80 del siglo pasado, comenzó a abordar los capítulos más oscuros de la historia soviética. Uno de sus colaboradores más conocidos fue Andréi Sájarov. Durante mucho tiempo, el presidente Putin persiguió a esta organización, que sirvió de ejemplo para muchas ONG a nivel mundial.
Ya en 2003, durante su primer período presidencial, exigió que los libros de historia despertaran el orgullo de los alumnos. Memorial, que documentó detalladamente los millones de crímenes cometidos por el régimen comunista, desbarató sus planes.
Asimismo, como en tiempos de la Unión Soviética, la ONG nuevamente empezó a interceder a favor de elecciones libres y de opositores perseguidos. A finales del año pasado, Putin prohibió Memorial.
A principios de los años 1990, el trabajo de Memorial tuvo un impacto real en la legislación de la Duma de aquel entonces. Tras la caída de la Unión Soviética, la ONG quería evitar que jamás un líder autoritario volviera a gobernar el país. De ahí que propusiera, siguiendo el ejemplo de los Juicios de Núremberg, llevar a los autores de los crímenes, tanto del Partido Comunista como de las fuerzas de seguridad, a los tribunales.
Esta iniciativa lamentablemente fracasó, porque, en ese momento, los comunistas ya se habían distanciado de los crímenes en la época soviética. Si Memorial se hubiese impuesto en aquel entonces, quizá Putin nunca hubiera llegado al poder.
(vt/ers)