Positiva evaluación de los comicios afganos

Tras los sobresaltos y dudas que cundieron ayer, debido a las irregularidades registradas en las elecciones afganas, hoy se impone la versión de que los comicios fueron un éxito. Y lo fueron, en cuanto a que transcurrieron en una calma asombrosa si se toma en cuenta la situación del país. Menos satisfactorio es el balance en cuanto a la transparencia de la votación, si bien los 14 candidatos que pedían su anulación ahora han moderado su postura, exigiendo sólo que una comisión independiente examine los hechos.

Respaldo internacional

Con ello se reafirma la posición del presidente en funciones, Hamid Karsai, gran favorito de los comicios. Los observadores de la Organización de Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) no ven motivos suficientes para repetir la convocatoria a las urnas y, desde el frente político exterior, le está llegando nutrido respaldo. Por ejemplo, en el vecino Pakistán, el primer ministro Shaukat Aziz indicó que las elecciones afganas son un importante paso para la estabilidad de la región. Tras una entrevista con el canciller alemán, Gerhard Schröder, Aziz señaló que “un Afganistán seguro y estable es positivo para su propio pueblo, para nosotros y para el mundo”. Schröder, por su parte, se mostró optimista, indicando que no hay que olvidar que, tras 20 años de guerras civiles, Afganistán está al comienzo de un largo camino hacia la democracia.

Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Joschka Fischer, calificó las elecciones de “éxito impresionante”, refiriéndose a la alta participación de la ciudadanía y a la tranquilidad que se mantuvo. El jefe de la diplomacia berlinesa afirmó que el gobierno de Alemania respeta la decisión de la comisión electoral afgana de no aceptar los llamados a boicot, manifestando, eso sí, que espera que las irregularidades denunciadas sean investigadas y esclarecidas. Y en eso coinciden, por cierto los observadores.

Aplausos de Bush

Quien minimizó por completo las denuncias fue el presidente estadounidense, George W. Bush. Para él, las elecciones fueron “magníficas” y confirman lo adecuado de su política exterior. “La gente de ese país, que hace sólo tres años sufría el régimen brutal de los talibanes, acudieron ahora a las urnas para elegir un presidente”, subrayó Bush en un acto de la campaña republicana.

Las irregularidades denunciadas sólo fueron mencionadas en un comunicado de la Casa Blanca, que señala: “Incluso en elecciones celebradas en países altamente desarrollados se producen problemas técnicos. No sorprende que eso haya ocurrido en un país que lleva a cabo sus primeras elecciones a nivel nacional desde hace décadas”. El argumento es comprensible. Sólo que en los países desarrollados de Occidente, esos traspiés no suelen tener la misma envergadura que en un lugar donde la democracia constituye todavía un desafío.