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CriminalidadChile

¿Por qué Valparaíso no logra controlar los homicidios?

30 de septiembre de 2024

Una de las principales regiones de Chile muestra crecientes tasas de homicidios. En todo el país, una serie de asesinatos despierta el temor en una población poco acostumbrada a una realidad que podría no irse.

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Dos carabineros custodian un centro de salud.
Carabineros custodian un centro de salud tras un ataque armado en Santiago de Chile.Imagen: Jesús Martínez/Sipa USA/picture alliance

Aunque Chile sigue teniendo una de las tasas de homicidios por cada 100.000 habitantes más bajas de América, el hecho de que esa cifra vaya en constante aumento en los últimos años, y una serie de casos de alta connotación que han causado enorme impacto en la población, han puesto el tema de la inseguridad sobre la mesa. No solo porque es un período preelectoral, a semanas de las elecciones de alcaldes y gobernadores, sino también porque la sensación ambiente es que cada vez es más peligroso moverse por las calles del país.

"Aunque Chile ha estado aislado durante mucho tiempo de algunas de las dinámicas delictivas que han afligido a gran parte de América Latina, en los últimos cinco años se ha producido un cambio gradual en términos de violencia”, dice a DW Jeremy McDermott, cofundador y codirector de InSight Crime, un think tank que estudia el crimen organizado en América. Ese cambio gradual se puede apreciar claramente en la región de Valparaíso, que según el informe anual del Sistema Táctico de Operación Policial de Carabineros presentó un alza del 6 por ciento en la tasa de homicidios.

Este reporte entrega otros datos, sin embargo, que hacen que el foco se ponga en localidades específicas. La ciudad de Quilpué, por ejemplo, otrora tranquilo dormitorio de Viña del Mar y Valparaíso, muestra números preocupantes: según Carabineros, los homicidios entre enero y septiembre de este año se multiplicaron por cuatro en comparación con 2023 en esa ciudad de 150 mil habitantes. Y eso, junto a noticias nacionales de tiroteos masivos, casos de sicariato y ataques entre bandas criminales rivales, genera un escenario que hace unos años era impensado en este país.

Competencia por el control territorial

"Lo que nos muestra la experiencia comparada latinoamericana es que, cuando las organizaciones criminales están en un período inicial de control territorial y de disputa por los mercados, tiende a haber un aumento en las tasas de homicidios”, explica a DW Gonzalo Parra, académico de la Facultad de Gobierno de la Universidad de Chile especializado en violencia criminal. Para el experto, otro factor a considerar es "cómo se configura el delito a nivel trasnacional”. Parra estima que "las políticas de mano dura que se aplican en Centro y Norteamérica generan un desplazamiento de organizaciones criminales buscando nuevos espacios para operar”.

Una barrera de la Policía de Investigaciones de Chile.
El constante aumento de la tasa de homicidios preocupa a la población chilena.Imagen: Fernando Lavoz/Demotix/picture alliance

"La llegada de bandas venezolanas encabezadas por grupos afiliados al Tren de Aragua ha alimentado la tasa de asesinatos”, dice McDermott. Eso, y el narcotráfico. "Chile es uno de los destinos más atractivos de la región para la marihuana, debido a sus altos precios. También está en el punto de mira de los traficantes de cocaína, ya que los contenedores procedentes de Chile no atraen el mismo escrutinio que los que salen de otras naciones sudamericanas”, agrega.

"Si miras las cifras de este informe de Carabineros o uno previo de la Subsecretaría de Prevención del Delito, lo que se ve es la disminución de las tasas de homicidio en algunas regiones al interior del país, pero no se explica por qué áreas como Valparaíso, la Región Metropolitana o Biobío siguen al alza”, señala Parra, quien estima que una posible respuesta es que en esas zonas aún hay organizaciones criminales compitiendo por el territorio.

"Criminalidad atractiva"

La última vez que Chile tuvo tasas bajo los 3 homicidios por cada 100.000 habitantes fue en 2015. Desde entonces, los números -salvo un par de años- han ido en constante aumento hasta llegar a 6,3 homicidios por cada 100.000 habitantes en 2023. Y si bien es cierto que otros países pagarían por tener esos números (Jamaica tiene 52,13; México llega a 28,18 y Brasil a 22,38), lo cierto es que la ciudadanía chilena no estaba acostumbrada a seguidillas de asesinatos o a una actuación delictual particularmente violenta.

"Las autoridades chilenas han respondido a las amenazas criminales, aunque al principio les cogió por sorpresa la llegada de bandas venezolanas y la violencia que desataron. La Fiscalía ha creado equipos especiales para hacer frente al crimen organizado, la Policía de Investigaciones y Carabineros también han reconocido la gravedad de la amenaza. Aún queda mucho por hacer, pero la cooperación con las autoridades peruanas y colombianas en particular ha dado resultados”, estima McDermott.

Parra, por su parte, piensa que ciertos puntos en torno a puertos pueden ser buenas zonas para que bandas de crimen organizado se hagan fuertes, por ser zonas prácticas para el tránsito y acopio de sustancias ilícitas. Esto podría explicar lo que sucede en Valparaíso, región portuaria. Con todo, el experto advierte que "no tenemos evidencia de que todas esas muertes estén relacionadas con organizaciones criminales”. Y más bien, cuando se depuran los datos, se ve que la violencia intrafamiliar sigue aportando la mayor cantidad de homicidios consumados.

"Nos falta avanzar en comprensión de estos datos, ese es un desafío que tiene la institucionalidad chilena”, sostiene Parra, que dice que reformas estructurales y mejoras en la investigación de casos pueden ayudar a bajar las cifras. Sin embargo, a largo plazo el desafío es más grande y profundo. "Si hoy grupos de la población, particularmente de sectores más vulnerables, no logran ver que a través de canales legales pueden desarrollar sus propios proyectos de vida, la criminalidad se vuelve atractiva en sí misma”, sostiene.

(ers)