UE-América Latina: entre el libre comercio y el proteccionismo
14 de septiembre de 2013En el reciente informe de la Unión Europea sobre proteccionismo se mencionan 31 de sus principales socios comerciales, sobre todo los países del G20, que, en noviembre de 2008, en plena crisis, se comprometieron a no refugiarse en medidas proteccionistas y a retirar aquellas que existiesen.
Así, tres países latinoamericanos del G20 constan en el informe: Argentina con 147 medidas restrictivas, Brasil con 59, México con 2. También están Paraguay con 4 y Ecuador con 5. En comparación, entre 2008 y 2013, China adoptó 36 nuevas medidas y Estados Unidos 9.
¿Y el proteccionismo europeo?
Llama la atención que en el informe no consta la UE. Sin embargo, “la CEPAL ha detectado unas 200 medidas proteccionistas en Europa”, aclara a DW Mateo Lejarza, investigador y representante social ante el Mecanismo Consultivo para el Diálogo entre sociedad y gobierno, en torno a la relación México-Unión Europea.
“Y resulta lógico, porque el mercado mundial está cerrándose y hay que dinamizar los mercados internos. Con todo, tanto Brasil como México buscan reactivar su mercado externo con nuevos espacios en el Asia-Pacífico”, añade.
En busca de nuevas ecuaciones
Según Lejarza, intentar proteger el mercado nacional en este momento es una lección aprendida de la crisis: “La clave está en repensar el concepto de libre comercio: los mercados nacionales deben tener un mayor peso en la globalización, no solamente las compañías. Hablamos de responsabilidad gubernamental, algo diferente a la etapa anterior, en donde el comercio global estuvo enfocado fundamentalmente a las empresas. La ecuación de mercado interno debe ser más Estado y más sociedad. Y la del mercado externo, también. No se puede hablar solo de la Organización Mundial del Comercio; hay que hablar al mismo tiempo de proyectos nacionales”.
Con respecto al proteccionismo europeo “hay que recordar”, añade, “que en buena parte no se llegó a un acuerdo en Doha porque ni Europa ni Estados Unidos querían hablar de los subsidios en el sector agropecuario, pero decían que México y Brasil no podían subsidiar. Los subsidios tienen que ser una estrategia de desarrollo; no una estrategia de compensación. El Estado no solo debe subsidiar, sino también debe dirigir”.
La incoherencia europea
Efectivamente, la Unión Europea, que abandera la apertura de mercados con tratados de libre comercio, es también proteccionista, “sobre todo en la agricultura. Y lo es de manera irracional y dañina para el mundo, pues lo que hace es proteger fronteras, cuando el objetivo es proteger los ingresos del agricultor, lo que se puede asegurar de manera menos distorsionante con subsidios directos”, explica a DW Christian Ghymers, economista catedrático del ICHEC Brussels Management School. Cabe resaltar que si el costo de la proteccion agrícola costaba cada año un poco más de 2 por ciento del PIB de la UE a fin de los años 1990, las reformas lo recortaron hasta casi el 1 por ciento actual.
Ghymers, presidente del Instituto para las Relaciones con América Latina (IRELAC), ve positivo por parte de la UE el esfuerzo por crear transparencia y por cumplir con el objetivo del G20 y de la OMC de reducir el proteccionismo, “una caja de Pandora que genera poder y chantaje, aparte de que es un proceso tremendamente costoso. En el G-20, la UE logró respetar el acuerdo de no cerrar los mercados, lo que no es el caso de Brasil, Argentina, Rusia, África del Sur".
Proteccionismo versus libre comercio
Pero, si -en la situación ideal- el libre comercio trae más crecimiento, más inversión, más exportación y costos más bajos, los resultados no son siempre positivos.
“Nuestro país es productor de papa, pero con el tratado de libre comercio con Estados Unidos, está importando papa precocida”, cuenta a DW Paula Álvarez Roa, politóloga de la Universidad Nacional de Colombia. Álvarez Roa cree que la solución estructural para los levantamientos del campesinado -originados también por los efectos de la apertura comercial- está en “una política de subsidios y créditos para los campesinos y pequeños productores, con el fin de darles mejores condiciones para poder competir”.
Efectivamente, “no hay ninguna razón para que los productores de papas paguen el hecho de que todos los consumidores de Colombia vayan a comer más barato”, acota Ghymers. “Es decir, apertura de mercados, sí, cuando hay una política social o de reconversión detrás”. Por otro lado, en el caso de las asimetrías, encuentra lógico una cierta protección temporal de los mercados. Pero, en su opinión, este no es el caso de Argentina o Brasil, donde no detecta procedimientos beneficiosos ni para el país ni para la región.
¿Qué preocupa a la UE?
Como fuere, el informe de la Comisión Europea detecta 700 nuevas medidas que restringen el libre comercio mundial, una situación que el comisario europeo de Comercio, Karel De Gucht califica de preocupante. “Lo que les preocupa de Brasil no es tanto sus medidas proteccionistas sino que Brasil sea parte de los BRIC. China, Corea del Sur y Rusia, todos están entrando en medidas proteccionistas temporales, porque saben que se van a tener que expandir”, afirma Lejarza, concluyendo: “por fuerza, la dimensión interna va a tener que ser coherente con los mercados internacionales”.
Autora: Mirra Banchón
Editora: M. Santacecilia