¿Por qué envía Francia tropas a Mali?
16 de enero de 2013Todavía no queda claro cuánto durará la intervención militar francesa en Mali, ya que para evitar que las fuerzas radicales islamistas sigan avanzando, la región deberá estabilizarse a largo plazo. La Sociedad para Pueblos Amenazados (GfbV, por sus siglas en alemán), exige por eso un plan realista, ya que, según su representante para África, Ulrich Delius, “los islamistas volverán a utilizar su antigua táctica de ocultarse rápidamente en las montañas para poder formarse nuevamente”.
Oficialmente, los intereses que mueven al Gobierno de París están relacionados principalmente con la seguridad. El Gobierno de François Hollande fundamenta la intervención diciendo que quiere evitar lo antes posible que los rebeldes de África Occidental puedan llegar a representar un peligro para Europa. “Francia teme que Mali se convierta en una zona de repliegue y entrenamiento para terroristas islámicos en caso de que allí surja un Estado islamista”, explica Katrina Sold, de la Sociedad Alemana de Política Exterior (DGAP).
Además, Francia se ve, como ex potencia colonial, expuesta al riesgo de convertirse en objetivo de atentados terroristas. Un ejemplo: desde 2010, radicales islamistas mantienen capturados como rehenes a cuatro empleados franceses del conglomerado internacional de energía nuclear Areva. Y la red terrorista Al Qaeda amenaza ahora con más secuestros y ataques, tanto en Francia como a los 5.000 ciudadanos franceses en Mali.
Petróleo y uranio
Pero no se trata solamente de posibles peligros provenientes del terrorismo. “A largo plazo, Francia tiene interés en explotar los recursos del suelo en la zona del Sahel, en especial el petróleo y el uranio, que el grupo Areva ya está extrayendo desde hace décadas en Nigeria, el país vecino”, explica Katrin Sold. Pero hasta que se pueda comenzar con la extracción pasará mucho tiempo, y es por eso que la actual intervención está basada en el tema de la seguridad, según señaló la politóloga a DW.
Ulrich Delius, por su parte, recuerda el ataque aéreo francés a Libia, hace dos años: “En cuanto a Libia, está claro que varios países tenían interés, sobre todo, en el petróleo. El caso de Mali es distinto”, es decir que, en primera línea, París persigue objetivos netamente estratégicos, opina el experto.
Pero el compromiso con Mali es para Francia un difícil acto de equilibrio. Por un lado están los intereses referidos a la política de seguridad, así como los económicos. Por el otro, corre peligro de ser tachada de potencia colonialista. La intervención de Francia en Mali, eso es seguro, se ajusta a un mandato aprobado por la ONU en diciembre de 2012. “Existe un acuerdo de defensa entre Francia y Mali que fue redactado exactamente para casos como éste”, subraya Alexander Stroh, del Instituto Alemán de Estudios Globales y Regionales (GIGA). Por lo tanto, Francia está cumpliendo con un pedido del Gobierno de Mali para detener a los islamistas en su marcha hacia la capital.
Contradicciones políticas internas
Además, el presidente Hollande no puede perder de vista el contexto político interno de su país. Durante la campaña electoral había anunciado el retiro de sus tropas de Afganistán, por lo cual la intervención en Mali podría hacer que pierda credibilidad, y la ya difícil situación presupuestaria de ese país reduce su margen de maniobra para costosas decisiones de política exterior.
No es de esperar que Francia lleve a cabo en Mali una jugada individual. Es más: está apelando a que la intervención se realice de manera multilateral y a que también participen tropas africanas. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ya expresó su apoyo al envío de tropas francesas, y la Unión Europea prometió colaborar con la capacitación de las tropas malíes, otro aspecto importante para París, ya que eso le asegura una división de tareas a nivel europeo y el respaldo de Bruselas.
Autora: Rachel Baig/ Cristina Papaleo
Editora: Emilia Rojas-Sasse