Por qué los rusos son reacios a vacunarse contra el COVID
27 de octubre de 2021A partir de este 28 de octubre, los negocios y otros lugares públicos permanecerán cerrados en Moscú y sus alrededores. Solo las farmacias y los locales que venden alimentos podrán abrir. Una excepción se ha hecho con los teatros y museos, a los que se podrá entrar con un comprobante de vacunación o de que la persona se ha recuperado del COVID-19. El nuevo confinamiento se prolongará hasta el 7 de noviembre.
Las autoridades recurrieron a esta medida en vista del alto número de contagios y decesos registrados en el país, donde la tasa de vacunación aún es demasiado baja.
Opiniones divididas
Hace casi un año, se puso oficialmente en marcha la campaña de vacunación en Rusia. Pero solo una tercera parte de la población cuenta ya con las dosis completas. Una tasa muy baja en el marco de los países desarrollados.
El 27 de octubre, se reportaron casi 36.000 nuevas infecciones. Y más de 1.000 personas mueren a diario por causas relacionadas con el COVID. "En los próximos días alcanzaremos récords históricos de incidencia del COVID-19", advirtió hace poco el alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin.
Las autoridades quieren contener la nueva ola de coronavirus mediante el confinamiento y una vacunación virtualmente obligatoria. No es de extrañar que ante el aumento de los contagios se alcen con más fuerza las voces de partidarios de la inmunización obligatoria.
Sin embargo, de acuerdo con una encuesta de la "Fundación de la Opinión Pública” (FOM), no hay consenso en la materia entre los rusos. Un 47 por ciento de los consultados dijo estar a favor; igual número se manifestó en contra. Al mismo tiempo, el sondeo reveló que el 60 por ciento está convencido de que la vacunación masiva es necesaria para combatir la pandemia. Solo un 23 por ciento opinó lo contrario.
Desconfianza hacia las autoridades
Hasta comienzos del verano, cerca de un 60 por ciento de los rusos rechazaba la vacuna, mientras que un 30 por ciento estaba dispuesto a aplicársela, según cifras que mencionó a DW el director del instituto demoscópico ruso "Lewada-Zentrum", Denis Wolkow. A fines de agosto, los detractores de la vacuna se redujeron a un 52 por ciento. Los sondeos indican que la pobre tasa de vacunación en Rusia obedece al miedo a la sustancia inmunizante y a la desconfianza hacia las autoridades.
"Vemos que entre aquellos que tienen una actitud negativa hacia las autoridades, la disposición a vacunarse es menor”, indicó Wolkow. Según el sociólogo, quienes desconfían del Gobierno rechazan cualquier iniciativa estatal, ya sea que se trate de vacunas, videos de vigilancia o votaciones por la vía digital.
En la actualidad, cerca de la mitad de la población rusa respalda de una u otra forma los esfuerzos del Gobierno por combatir la pandemia, según el consorcio de investigación "Romir". Su director, Andrei Milechin, comentó que se detecta "una polarización de la sociedad". Pero, a su juicio, el Gobierno reacciona erróneamente, con prohibiciones y restricciones.
"Es prácticamente imposible cerrarlo o prohibirlo todo. Hay que explicar las medidas en forma clara y bien argumentada", opina. Y afirma que quienes toman las decisiones deben comprender que la sociedad tiene una estructura compleja. En consecuencia, se debería entregar a cada grupo de la población argumentos convincentes.
Los datos recopilados por el portal gogov.ru en los últimos días indican que el ritmo de vacunación ha vuelto a aumentar. Desde mediados de octubre, se vacunan a diario más de 500.000 personas. El anuncio de confinamientos y restricciones para quienes no estén inmunizados ha surtido efecto, según Denis Wolkow, del "Lewada-Zentrum". Sin embargo, hace notar que "tales medidas solo funcionan cuando son consecuentes y de larga duración, lo que no ocurre aquí."
(ers/rml)