Por qué la UE no encuentra solución a la crisis migratoria
27 de junio de 2018Para un continente con unos 500 millones de ciudadanos de la Unión Europa, el número de inmigrantes que tocan a su puerta no debería ser un problema: hasta el mes de junio, habían llegado este año unas 33.00 personas, menos de la mitad que en 2017. Grecia es el país que más refugiados acoge en relación con su población. La mayoría de los refugiados llega a España, seguida por Italia. Sin embargo, en casi todos los países de la Unión Europa, los populistas de derecha desempeñan un papel importante en la política. En algunos países también forman parte del gobierno. Su ascenso se debe en gran parte al miedo a lo extranjero.
La UE ha dejado sola a Italia
Desde los tiempos del ex primer ministro Silvio Berlusconi, Italia se queja del sistema de Dublin y de su responsabilidad con los inmigrantes que llegan por la ruta del Mediterráneo. El gobierno en Roma, sin embargo, abordó el problema de manera pragmática: no registró a los migrantes y los dejó trabajar en la economía sumergida italiana o trasladarse hacia otros países más al norte.
No fue sino a partir de 2014, cuando el numero de refugiados aumentó considerablemente y un año más tarde superó los 1,2 millones, que la UE exigió el cumplimiento de las reglas. El gobierno del entonces primer ministro Matteo Renzi, comenzó a registrar a la mayoría de los migrantes en los puertos italianos. A su vez, no se celebró ninguna cumbre de la UE sin que Italia pidiera ayuda y la redistribución de estas personas. Pero al resto de la UE no le interesó el problema italiano.
A principios de 2017, Italia tomó la iniciativa y concluyó un acuerdo con las milicias libias que en adelante recibirían dinero y probablemente armas para mantener a los refugiados en la costa. La UE comenzó a entrenar a los guardacostas libios y a pagarles para devolver a sus costas los botes inflables. Sin embargo, esas milicias subvencionadas y los contrabandistas que proporcionan a los migrantes los botes inflables a menudo provienen de los mismos clanes. Sus negocios florecen y no tienen ningún interés en poner fin a la migración.
El eje de los dispuestos
La canciller Angela Merkel sabe que sólo se puede avanzar en el tema de la migración con una parte de la UE, compuesta al menos por unos 16 países. Sin embargo, los miembros más grandes, como Francia y España, pertenecen a ese grupo. Las reglas de la Unión europea permiten ese tipo de "cooperación intensificada". Un acuerdo entre ese grupo de países se podría vender como solución europea.
En cualquier caso se acordará un mayor esfuerzo para asegurar las fronteras exteriores de la UE. Sin embargo, la puerta de entrada a la UE son las rutas marítimas, siendo la ruta del Mediterráneo occidental desde el norte de África a España la más utilizada este año. En el Mediterráneo se necesitan muchos más buques de los Estados miembros de la UE para reforzar las patrullas.
Acuerdos bilaterales
Para Alemania, Italia es particularmente importante como país de origen de la llamada migración secundaria. Sin embargo, es muy dudoso que Roma esté dispuesta a llegar a un acuerdo con Angela Merkel al respecto. El gobierno populista italiano pinta una imagen de Merkel como si fuera el principal enemigo de Europa. Un retorno desde Alemania de los refugiados anteriormente registrados en Italia parece estar fuera de alcance.
Un objetivo alcanzable, en cambio, parece ser lograr nuevos acuerdos con países africanos. La canciller mencionó en Bruselas explícitamente el acuerdo con Turquía como ejemplo. La Unión Europea quiere poner a disposición hasta seis mil millones de euros para acuerdos de ese tipo. España ya tiene acuerdos similares con Marruecos, Senegal y Mauritania. De esta manera, el tránsito desde el África subsahariana se ha reducido en los últimos aos.
Autora: Barbara Wesel (GG)
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