¿Por qué clasificar a Hezbollá como terrorista?
23 de julio de 2013Este martes (23.7.2013), un día después de que Hezbollá fuera incluido en el catálogo de organizaciones terroristas de la Unión Europea (UE), el ministro de Exteriores de Irán, Ali Akbar Salehi, dijo que era “inaceptable” etiquetar de esa manera a un grupo de resistencia representado legalmente en el Gobierno del Líbano. El funcionario persa sostuvo que la decisión no tenía base jurídica y acusó a Bruselas de servir a los intereses de Tel Aviv. ¿Busca el bloque comunitario congraciarse con Israel tras el impasse del 16 de julio?
En esa fecha, la UE anunció que no seguiría destinando recursos económicos a las organizaciones israelíes asentadas en los territorios ocupados de Cisjordania y entró en fricción con el Gobierno de Benjamin Netanyahu. Pero este 22 de julio, la ministra de Justicia israelí, Tzipi Livni, dio indicios de que las tensiones entre su país y la UE se habían atenuado. “Ahora el mundo tiene claro que Hezbollá no es un partido político legítimo”, señaló Livni, celebrando la nueva clasificación que Bruselas hizo de la milicia libanesa.
Y es que, para algunos observadores, aunque la UE tachó de terrorista al brazo armado de Hezbollá y no a su ala política, ese cambio de estatus amenaza con limitar la capacidad de maniobra de todo el movimiento chiita libanés. Hezbollá fue fundado en el Líbano en 1982, cuando las Fuerzas de Defensa de Israel invadieron el sur de ese país con miras a expulsar de su territorio a la Organización para la Liberación de Palestina. Tel Aviv inició esa intervención el 6 de junio de 1982 en respuesta a un atentado contra su embajador en el Reino Unido, Shlomo Argov.
Voto unánime contra el terrorismo de Hezbollá
Desde entonces, Irán apoya militarmente a Hezbollá en su lucha contra las Fuerzas Armadas de Israel. Lo que muchos se preguntan es, ¿por qué incluir a Hezbollá en la lista de organizaciones terroristas ahora? Los ministros de Exteriores de Gran Bretaña, Holanda y Alemania venían insistiendo desde hace meses en que ese paso era necesario, alegando que, muy probablemente, Hezbollá estaba detrás del atentado en el que murieron cinco turistas israelíes y el conductor del autobús que los paseaba por Burgas, Bulgaria. Este ataque tuvo lugar en julio de 2012.
Se sospecha que Hezbollá cometió el atentado por encargo de Irán, como venganza por el presunto asesinato de científicos nucleares persas a manos de agentes israelíes. Los ministros de Exteriores de la UE votaron unánimemente a favor de la clasificación de Hezbollá como formación terrorista este 22 de julio. Pero de su pronunciamiento no se desprende que haya nueva información de inteligencia que confirme la implicación del Hezbollá en aquel atentado, sino una nueva disposición a aceptar las evidencias a mano como pruebas suficientes de que Hezbollá es el autor del mismo.
¿Con un pie en América Latina?
A eso se sumó la inquietud de que los chiitas libaneses pudieran involucrarse más intensamente en la guerra civil siria. Anteriormente, países como la República Checa, Malta e Irlanda temían que meter a Hezbollá en un mismo saco con Al Qaeda y otras organizaciones terroristas desestabilizaría la de por sí precaria situación del Líbano o incitaría a sus miembros a perpetrar ataques en territorio comunitario. Pero el ministro de Exteriores británico, William Hague, refutó esos argumentos y su homólogo alemán, Guido Westerwelle, lo secundó sin reservas.
La medida en contra de Hezbollá contempla la congelación de cualquier activo que el ala armada del grupo pueda tener en la UE; sin embargo, algunos analistas la perciben como un gesto simbólico y nada más. Según un informe de StratFor –una empresa privada estadounidense especializada en servicios de inteligencia y espionaje–, las estructuras en el extranjero más sólidas de Hezbollá no se encuentran en la UE, sino en América Latina, donde inmigrantes libaneses se habrían labrado una fuerte posición en el tráfico de drogas y armas.
Autores: Sabrina Papst / Evan Romero-Castillo ( dpa / Reuters )
Editora: Emilia Rojas Sasse