La industria armamentística presiona por más financiamiento
24 de marzo de 2022Hace algunos meses, muchos pensaban que jamás serían testigos de una guerra sobre el terreno en Europa. Ahora, a unos treinta años después del fin de la Guerra Fría, la posibilidad de que Rusia despliegue armas nucleares en Ucrania "no es cero”, según dijo un estratega nuclear al New York Times .
Pero la guerra iniciada por Rusia en Ucrania también está cambiando el debate en cuanto a aumentar la cantidad de armamento militar estándar. Las compañías de defensa han visto cómo desaparecía la financiación en los últimos años, a medida que la corriente iba en contra de esa controvertida industria. Tanto los inversores minoristas como los institucionales aspiran a colocar su dinero en compañías que tomen en cuenta criterios conocidos con el acrónimo ESG, es decir, criterios medioambientales, sociales y de gobernanza corporativa (environmental, social and corporate governance), además del rendimiento financiero.
La Comisión Europea quiere apoyar esa tendencia con su taxonomía social, parte del Pacto Verde europeo, un sistema clasificatorio que establece una lista de actividades sostenibles desde el punto de vista ambiental. Esa regulación, que se está desarrollando actualmente, y probablemente se siga desarrollando dentro de unos años, definirá qué actividades económicas se consideran "verdes”, y también calificarán para un financiamiento especial de la UE.
Muchos marcos ESG que utilizan los fondos de inversión sostenibles, aunque no todos, excluyen las acciones de las empresas de la industria aeroespacial y de defensa debido a su papel en la producción de armamento. Sin embargo, la guerra en Ucrania ha puesto la industria armamentística bajo una luz diferente.
Mientras los gobiernos buscan respaldar a Ucrania sin comprometerse directamente con Rusia, entregar armamento de última generación se ha convertido para las potencias militares en una de las formas más poderosas de demostrar apoyo. En un marcado cambio de rumbo político, el Gobierno alemán prometió recientemente enviar 1.500 misiles antitanques y antiaéreos a Ucrania.
Brazos abiertos para fabricantes de armas
El conflicto cercano también ha hecho que los gobiernos europeos deban ahora incrementar su gasto para mejorar el equipamiento de sus fuerzas militares. Después de años de resistirse a la presión de Estados Unidos, Alemania dijo en febrero que incrementaría su gasto militar hasta los 100.000 millones de euros (unos 110.000 millones de dólares) en 2022, más del doble de lo que gastó el año pasado.
"Tenemos que invertir más en la seguridad de nuestros país para proteger nuestra libertad y nuestra democracia”, dijo el canciller alemán, Olaf Scholz, al anunciarlo.
Las acciones de defensa subieron tras darse a conocer esa noticia. El lobby de la industria armamentística, así como algunas instituciones financieras, están aprovechando el momento para impulsar que las empresas de defensa se incluyan en los marcos ESG.
La contribución de los fabricantes de armas para "defender los valores de las democracias liberales y crear un medio de disuasión que preserve la paz y la estabilidad global" es un requisito previo para abordar otros problemas sociales, argumentaron dos analistas del banco de inversión estadounidense Citi en una serie de artículos recientes.
El banco sueco SEB ya ha configurado una nueva política de sostenibilidad para permitir ahora que sus fondos inviertan en el sector de defensa.
¿Es lógico financiar a la industria armamentística?
Pero los peces gordos de la industria tienen en la mira la clasificación de la UE, que es vista por la Comisión Europea como "el estándar de oro” que guía a al dinero público y privado a fluir en proyectos sostenibles.
"La invasión rusa de Ucrania demuestra cuán importante es tener una defensa nacional sólida”, dijo a Bloomberg Hans Christoph Atzpodien, director de BDSV, un grupo alemán de presión de la industria de la defensa. "Apelo a la Unión Europea a reconocer a la industria de la defensa como una contribución positiva para la ‘sostenibilidad social' bajo la taxonomía ESG”, añadió.
Sin embargo, muchos observadores comprometidos con los recursos financieros sustentables objetan esa demanda: "Es absurdo decir que las armas son sustentables”, dijo a DW en una respuesta por correo electrónico Christian Klein, profesor de Finanzas Sustentables de la Universidad de Kassel, Alemania. "Es como decir que las papas fritas son sostenibles porque saben bien”.
"Las industrias sustentables nos ayudan a independizarnos de regímenes totalitarios”, señaló Andrew Murphy, director de Murphy&Spitz, una compañía de gestión de activos sostenibles que opera en Alemania desde los años 80. El experto mencionó medidas como ampliar el uso de energías renovables y mejorar el transporte público. "Eso es lo que hay que promover", dijo a DW, "no la industria armamentística, no las armas que matan a personas inocentes, destruyen hábitats y, si caen en las manos equivocadas, permiten guerras de agresión por parte de gobernantes hambrientos de poder".
"Si Europa hubiera tenido en cuenta los temas en torno a la sostenibilidad de manera mucho más consistente, no habríamos terminado en la terrible situación que enfrentamos hoy", agregó. "El error de no haberse centrado en formas de energía más económicas y ecológicamente viables, como por ejemplo la energía eólica y solar, es, fundamentalmente, lo que permitió a Putin emprender guerras de agresión".
"Al final, la clasificación de la UE existe para crear mejores condiciones de financiamiento para actividades o empresas sostenibles", dijo. "Y realmente no entiendo por qué la industria de las armas debería tener mejores condiciones de financiación".
(cp/ms)