El Titicaca en peligro
2 de febrero de 2012Según la tradición oral de los Urus, cuyos poblados se distribuyen a lo largo y ancho de la meseta del Collao, indiferentes a la frontera que separa a Perú de Bolivia, sus ancestros sobrevivieron al asedio de los incas refugiándose en las islas artificiales que construyeron a base de totora en el lago Titicaca. Esta imponente masa de agua –el lago más grande de Suramérica, después del de Maracaibo, en Venezuela– también ocupa un lugar importante en la historia del Tihuantinsuyo; el cronista Inca Garcilaso de la Vega (1539-1616) consideró al Titicaca como el sitio de donde salieron los fundadores del imperio incaico.
Qué ironía que este humedal, descrito todavía como “el lago sagrado de los Andes”, haya terminado siendo reconocido como el “Lago Amenazado del Año 2012”. Este miércoles (1.2.2012), las organizaciones ambientalistas Global Nature Fund, de Alemania, Centro para el Desarrollo Ambiental y Social (Cedas), de Perú, y Trópico, de Bolivia, hicieron sonar la alarma, advirtiendo que los niveles de contaminación registrados en el lago Titicaca, sumados a los efectos del calentamiento global, ponen en peligro al ecosistema y a los medios de subsistencia de las más de 2 millones de personas que habitan en su ámbito.
Biodiversidad en peligro
El período de lluvia se ha reducido de seis a tres meses por año, poniendo en riesgo la supervivencia de especies animales y vegetales. Aunque los niveles de agua del lago descienden notablemente, la demanda aumenta año tras año, casi al mismo ritmo que la polución de la misma. La pesca juega un rol fundamental para la población en las islas flotantes y en las orillas del Titicaca; pero, desde mediados de los ochenta, varias familias se han visto obligadas a dedicarse a otras actividades, debido a los crecientes grados de contaminación. También los fertilizantes empleados en los cultivos han dejado nocivos rastros en el lago.
Además, el crecimiento de la población alrededor del Titicaca ejerce una presión enorme sobre los recursos acuáticos; el vertido de aguas residuales y desechos mineros deja sus huellas a la vista. “En la Bahía de Puno, en Perú, buena parte de la superficie está cubierta por lentejas de agua. Esta planta se extiende como una alfombra gruesa, impidiendo que la luz llegue a las profundidades del lago. Debajo de esa capa, la fauna y la flora no reciben suficiente oxígeno porque el Titicaca se convierte en un lodazal”, explica Bettina Schmidt, de la ONG alemana Global Nature Fund.
En el lado boliviano del Titicaca, la situación no es menos ominosa: en El Alto, las depuradoras de aguas residuales industriales y domésticas tienen capacidad para procesar los desechos generados por 300.000 personas, pero la localidad tiene un millón de personas. De ahí que grandes flujos de aguas contaminadas se descarguen en el lago. Por si fuera poco, la explotación minera descontrolada que tiene lugar en la cuenca contamina las aguas con metales pesados como zinc y mercurio. Es con el fin de llamar la atención hacia los problemas ambientales que afligen a los humedales que Global Nature Fund elige, anualmente, el “Lago Amenazado del Año”.
Soluciones para proteger al lago Titicaca
Este 1˙ de febrero, Día Internacional de los Humedales, los aludidos ambientalistas de Alemania, Perú y Bolivia propusieron una agenda a mediano plazo para proteger ese patrimonio natural y cultural que es el lago Titicaca. En los próximos veinticuatro meses, la Fundación Ursula Merz de Berlín, que brinda apoyo financiero para investigaciones medioambientales y ha promovido proyectos en Brasil, Sri Lanka y Kenia, entre otros países, auspiciará programas de educación ecológica y sensibilización sobre el cambio climático en la región.
También se articularán campañas para exigir el financiamiento y la instalación urgente de nuevas plantas de tratamiento de aguas servidas para la ciudad de El Alto. La meta: aumentar la calidad de las aguas del río Katari y la Bahía de Cohana en Bolivia. Por su parte, la organización boliviana Trópico velará porque se le dé continuidad al proyecto que viene desarrollando con el respaldo de Global Nature Fund desde 2008: la implementación de un turismo sostenible en la zona y el involucramiento de la sociedad civil para una mejor gestión ambiental en el lago Titicaca. Con una superficie de 8.400 kilómetros cuadrados y ubicado a 3.810 metros sobre el nivel del mar, el Titicaca es el lago navegable más alto del mundo.
Autor: Evan Romero-Castillo
Editora: Emilia Rojas Sasse