Política sobre drogas: ¿controlarlas en vez de prohibirlas?
24 de septiembre de 2018Según las Naciones Unidas, en 2015, alrededor de 275 millones de personas consumieron una sustancia ilegal al menos una vez. Unas 450.000 personas murieron por las consecuencias directas o indirectas de su consumo. Cada vez hay más consumidores en todo el mundo a pesar de que, hace tiempo, muchos países les han declarado la guerra.
Las políticas represivas de drogas no funcionan
Una conclusión sacada de la política de drogas de las últimas décadas es que incluso las leyes más estrictas no pueden reducir su consumo. Algunos países están probando, por lo tanto, una forma diferente de lidiar con ellas. La Comisión Mundial sobre Política de Drogas también exige un rumbo diferente en su nuevo informe: los Estados deberían regularlas en lugar de simplemente prohibirlas, dejándolas, en gran medida, en manos de criminales.
Según dicho informe, "la regulación y el manejo de productos peligrosos es un asunto que compete a las autoridades de todo el mundo, a excepción de las drogas". Esto también es así en Alemania: si bien estamos rodeados de instrucciones de uso, fechas de caducidad y límites de velocidad, es decir, regulaciones, el Estado deja al crimen organizado el asunto de las drogas.
¿Distinción arbitraria entre legal e ilegal?
Una excepción, absolutamente contradictoria, según el investigador de adicciones Heino Stöver, de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Fráncfort, es la del alcohol y los cigarrillos: "Estos dos productos se publicitan y están disponibles en cada esquina. Por otro lado, las drogas clasificadas de ilegales, como cannabis o anfetaminas, se gestionan de manera muy restrictiva".
Esta distinción es, según muchos expertos y desde un punto de vista médico, insostenible. Legalmente, la criminalización del comercio y el consumo de ciertas sustancias también causa problemas: "El 16 por ciento de los encarcelados en Alemania cumplen condenas por violar la Ley de Narcóticos; muchos están oficialmente entre rejas por robo, pero realmente debido a delitos relacionados con las drogas", explica Stöver.
¿Alternativas concretas?
La Comisión Mundial de Política sobre Drogas propone regular las sustancias actualmente prohibidas. Lo que puede sonar radical, ya se está implementando en algunos estados de EE. UU. o, por ejemplo, en Uruguay, al menos con respecto al cannabis: tanto el cultivo como la distribución están controlados por el Estado y deben cumplir ciertas condiciones. En Alemania, el cannabis y la heroína con fines médicos también provienen de esas cadenas de producción y distribución controladas.
Tanto la comisión de drogas como Stöver enfatizan que esto de ninguna manera debe restar importancia a las sustancias hasta ahora ilegales. Las advertencias, las campañas educativas y las prohibiciones publicitarias deberían ir de la mano de una oferta regulada. Stoever exige que todos los ingresos fiscales a través de las drogas se utilicen con fines educativos.
Alemania, lejos de una "política de drogas más humana"
Aunque los abogados, los científicos sociales y los médicos ya están pidiendo otra política de drogas, la esfera política en Alemania aún no reacciona al respecto. La delegada de Drogas del Gobierno Federal, Marlene Mortler, de la Unión Social Cristiana (CSU), mantiene una actitud conservadora al respecto. En consecuencia, se sigue aplicando la Estrategia Nacional 2012, donde se afirma que la represión es uno de los "fundamentos de una política responsable de drogas y de adicción". El experto en adicción Stöver considera que "las respuestas de Mortler son intolerables". Tarde o temprano, habrá que enfrentarse a la realidad: "A la gente le gusta tomar drogas, no se puede dar marcha atrás. Solo se puede supervisar", aseguró el experto.
Ines Eisele (RMR/ER)
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