Pluma de Oro a los hermanos Chamorro, la prensa perseguida
6 de junio de 2024Hace unos días, el periodista nicaragüense Carlos Fernando Chamorro (Managua, 1956), director del portal Confidencial, recibió en Oslo el premio Pluma de Oro por la Libertad (Golden Pen of Freedom Award), en reconocimiento a su lucha en defensa de la libertad de expresión y de prensa frente al gobierno de Daniel Ortega, que ha cerrado medio centenar de medios de comunicación y enviado al exilio a todos los periodistas independientes de Nicaragua en los últimos seis años.
El premio anual de la Asociación Mundial de Periódicos y Editores de Noticias (WAN-IFRA) otorgado al reconocido comunicador no sería un suceso tan singular si no fuera porque es el mismo que hace 42 años, en mayo de 1982, recibió su hermano Pedro Joaquín Chamorro (Managua, 1951). Las razones son las mismas: antes y ahora, Ortega ha perseguido a la prensa independiente.
Los hermanos Chamorro son hijos de la expresidenta Violeta Barrios (1990-1997) y del periodista Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, el valiente director de La Prensa asesinado a tiros por supuestos sicarios del general Anastasio Somoza en los albores del año 1978. Un año después caería el dictador y comenzaría la revolución sandinista, tras lo cual la familia Chamorro se dividió.
Ellos estaban entonces en aceras opuestas. Pedro Joaquín era el codirector de La Prensa cuando su hermano menor, Carlos Fernando, dirigía el diario sandinista Barricada, órgano oficial del partido de los nueve comandantes, uno de los cuales, Daniel Ortega, ocuparía la presidencia de 1985 a 1990, cuando perdió el poder frente a doña Violeta.
"Recibí el premio de manos de la reina de Noruega a mis 31 años, pocos meses después de que se impusiera la censura de prensa el 15 de marzo de 1982”, relata el periodista en entrevista con DW desde Maryland, EE.UU., donde vive su exilio desde hace más de un año, cuando fue expulsado a Estados Unidos en un avión junto a otros 221 expresos políticos desterrados.
Chamorro era en aquellos años el codirector de La Prensa y el poeta Pablo Antonio Cuadra su director. "Yo publicaba artículos críticos al proceso revolucionario, pero con un afán propositivo”, alega al recordar que los censores del Ministerio del Interior revisaban a diario las ediciones del rotativo y decidían qué se publicaba y qué no. Cuando la censura fue total, Pedro Joaquín dejó de escribir.
Entre los libros y fotografías que le acompañan en el exilio ocupa un lugar destacado la Pluma de Oro de la Libertad 1982, presea que ha conservado intacta durante 42 años.
La Prensa desafió la censura de Somoza y luego de los sandinistas durante casi los 10 años de revolución, siendo cerrada en seis ocasiones y convirtiéndose en "el símbolo de la libertad en toda América central, tanto ahora como en el pasado”, destacó la Asociación Mundial de Editores al concederle el premio al codirector del diario, fundado en 1926 y que hoy también opera desde el exilio.
"Traspasaron todos los límites”
Daniel Ortega perdió el poder frente a Violeta Chamorro en 1990 y lo recuperó en las urnas en 2007, cuando regresó con la promesa de un gobierno de "unidad y reconciliación nacional”, que luego se transformó "en la peor dictadura de la historia”, según sus opositores.
Pedro Joaquín Chamorro, que también fue diputado opositor, comparte ese criterio: "La represión y la censura son peores hoy: antes había periodismo independiente, hoy todos estamos en el exilio; antes La Prensa fue censurada y cerrada pero no confiscada, no encarcelaban periodistas. Han traspasado todos los límites de los gobiernos dictatoriales que hemos tenido”.
La represión se desató tras la rebelión social de 2018 y se agudizó previo a las elecciones de 2021, cuando Ortega encarceló a todos sus posibles contendientes. En esa oleada de arrestos cayeron Pedro Joaquín y su hermana Cristiana, también periodista, ambos por haber anunciado su interés de disputarle la presidencia al caudillo sandinista. Cristiana permaneció casi dos años bajo arresto domiciliario y fue desterrada junto a él en el vuelo "de los 222".
Pedro Joaquín, por su parte, estuvo 300 días preso en una celda en la cárcel policial de El Chipote, y luego enviado bajo arresto domiciliario, debido al deterioro en su salud. Para dejar testimonio de aquellos días de terror escribió el libro "Destinos heredados", de reciente aparición.
Última reserva de libertad
Su hermano menor Carlos Fernando los estaba esperando en Washington ese 9 febrero de 2023. Había volado desde Costa Rica, donde tuvo que exiliarse a raíz de las protestas, cuando el gobierno lo acusó penalmente y ordenó su captura, luego de haber clausurado la redacción de Confidencial y confiscado su edificio y todos sus equipos técnicos.
Condenados por supuesta "traición a la patria”, los tres hermanos Chamorro fueron despojados de su nacionalidad nicaragüense, de sus derechos políticos a perpetuidad y de sus bienes y propiedades, incluidas sus pensiones del Seguro Social.
"Me tocó enfrentar la agonía de ese dilema: ser detenido ilegalmente y silenciado en la cárcel, o salir al exilio con mi esposa, cruzando la frontera de Costa Rica por puntos ciegos, para preservar mi libertad y poder seguir ejerciendo el periodismo. Ahora, toda mi redacción y prácticamente toda la prensa independiente de Nicaragua están en el exilio”, relató Carlos Fernando Chamorro Barrios al recibir, el pasado 27 de mayo, la Pluma de Oro de la Libertad 2024.
El "delito" de hacer periodismo
"La apatridia es un crimen de lesa humanidad (…) Nuestro único delito ha sido hacer periodismo, investigar y denunciar la corrupción, los crímenes de Estado y las graves violaciones a los derechos humanos en Nicaragua. Y, sobre todo, no callar, a pesar de la censura”, señaló.
Dijo compartir el premio con sus colegas de Confidencial y lo dedicó especialmente al joven periodista Víctor Ticay, preso desde hace más de un año por filmar una procesión católica, "y a toda la prensa independiente de Nicaragua cuya resistencia, también desde el exilio, representa la última reserva de la libertad bajo una dictadura totalitaria”.
A juicio de Chamorro Barrios, desde el momento en que Ortega regresó al poder en 2007 “estableció una relación de hostigamiento y persecución contra la prensa independiente” en la cual inicialmente “atacaba e intimidaba a la prensa crítica, pero toleraba su existencia”.
Hoy, hay "una doble criminalización de la libertad de prensa y la libertad de expresión, con el propósito de silenciar a los periodistas, a las fuentes informativas y la libertad de opinión”. Esto, dijo, "representa la última etapa de un largo proceso de demolición del Estado de derecho en los últimos 15 años”.
"No somos activistas, somos periodistas. Y nuestra misión principal es mantener la credibilidad de la prensa a cualquier costo, reportando los hechos, aún bajo las peores condiciones de polarización política”, concluyó.
(cp)