Pionero implante de corazón artificial en Chile
5 de diciembre de 2013Un verdadero renacer han experimentado en estos tres meses los dos pacientes que recibieron un corazón artificial en Chile. Es la primera vez que se realiza esta intervención no sólo en ese país, sino en Sudamérica, en lo que, a juicio de sus protagonistas, ha sido todo un hito.
Un equipo de especialistas de la Medizinische Hochschule Hannover (MHH), Alemania, viajó especialmente a la costera ciudad de Viña del Mar para apoyar a sus colegas del Hospital Dr. Gustavo Fricke en este pionero procedimiento. “Estamos escribiendo una parte de la historia de la medicina”, indica el Dr. Jan Schmitto, cirujano de la Clínica de Cirugía Cardíaca, Torácica, de Trasplantes y Vascular de la MHH. Este centro dirigido por el afamado cirujano cardíaco Profesor Axel Haverich es líder mundial en trasplantes de corazón artificial. Sólo el año pasado fueron implantados allí unos 100 de estos dispositivos.
La escasez de donantes ha hecho necesario desarrollar alternativas. “En Alemania tenemos 390 pacientes en lista de espera y sólo hay entre 130 y 140 trasplantes de corazón al año. Cada persona necesita por lo menos tres años para recibir un corazón”, explica el Dr. Sebastan Rojas, de la MHH. Un plazo al que no todos sobreviven: el 50 a 60% de los pacientes con insuficiencia cardíaca severa muere en un año.
En Chile, en tanto, el panorama no es más alentador. “Hasta ahora la única alternativa que tenían era el trasplante cardíaco. Como son pocos los donantes -alrededor de 10 por 1 millón de habitantes al año- y cada vez más los receptores, un número significativo de ellos muere en la lista de espera”, indica el Dr. Oneglio Pedemonte, anestesista y presidente de la Fundación Dr. Kaplan, dedicada a la investigación y tratamiento de enfermedades cardiovasculares.
Si bien este aparato no es un reemplazo para el corazón, cumple su función como un dispositivo interno de asistencia cardíaca. La sangre es extraída del ventrículo izquierdo para ser bombeada directamente a la aorta, permitiendo un flujo continuo de sangre suficiente para sustentar el organismo. El sistema se inserta al órgano enfermo a través de un procedimiento quirúrgico mínimamente invasivo desarrollado en Hannover. Dos baterías de litio externas le proporcionan energía a través de un cable.
Exitosa cooperación
Los médicos del Hospital de Viña del Mar se prepararon durante meses con ayuda de sus pares alemanes. En una estadía en Hannover, los especialistas pudieron conocer el trabajo que se realiza en este centro. Luego de la visita, se mantuvieron en contacto, revisando casos clínicos y preparando el momento de la intervención. Para ello viajaron especialmente a Chile el Dr. Jan Schmitto y el Dr. Sebastián Rojas, de nacionalidad chileno-alemana.
“Su aporte nos ha permitido dar un salto cualitativo extraordinario de enormes proyecciones para nuestro equipo de salud -señala el Dr. Pedemonte-. Este dispositivo nos permite recuperar al paciente en falla cardíaca con baja mortalidad, buena calidad de vida y disminuir los costos de largas hospitalizaciones que ellos siempre requieren”.
“Esta técnica abre un antes y un después en el tratamiento de la patología cardíaca terminal de nuestro país –agrega el Dr. Andrés Vera, del hospital viñamarino-. Un verdadero hito en la medicina nacional y para mí como cirujano un privilegio haber sido parte de esto”.
Alternativa al trasplante
Los dos hombres que recibieron los primeros dispositivos hasta hace poco estaban hospitalizados y con la angustia de tener un futuro incierto. “Hoy están haciendo su vida completamente normal. Para ellos ha sido un verdadero renacer y se han adaptado muy bien al dispositivo –explica el Dr. Vera-. Siguen siendo candidatos a trasplante cardíaco, pero tienen todo el tiempo del mundo para esperar”.
Los especialistas adelantan que estos dispositivos podrían ser mucho más que una solución temporal. “A futuro existe la visión de evitar el trasplante cardíaco con nuevos dispositivos todavía en desarrollo. No sólo en países como Chile donde la donación de órganos es muy baja, también para pacientes que no califican para un trasplante, como son las personas mayores de 65 años”, indica el Dr. Rojas.
En Chile, el problema de esta operación es actualmente su elevado costo, alrededor de 140 mil euros. Las primeras implantaciones se realizaron con aportes de la Funadación Kaplan. La próxima batalla es conseguir financiamiento estatal para determinados casos, una propuesta que las autoridades de Salud chilenas estarían estudiando, considerando que ofrece una buena sobrevida y además disminuye costos de hospitalizaciones.
El auge de esta nueva tecnología en Alemania y su llegada a Chile abre nuevas perspectivas de cooperación. Tras esta exitosa experiencia, el equipo médico de Hannover está en contacto con otros centros públicos y privados de Chile y Latinoamérica, cuyos especialistas desean aprender y aplicar esta técnica también en sus pacientes.