¿Racismo en retirada?
18 de diciembre de 2011En 1984, el Instituto Allensbacher, una de las cinco encuestadoras más importantes en territorio germano, realizó un sondeo entre ciudadanos blancos de la República Federal de Alemania para calcular cuántas personas creían que había demasiados extranjeros viviendo en el país. Veinticinco años más tarde, cuando los investigadores de esta institución –cercana al extremo conservador del espectro político alemán– repitieron la encuesta en la Alemania reunificada, se percataron de que un cambio notable había tenido lugar.
Entre 1984 y 2009, el número de consultados que respondió afirmativamente a la pregunta “¿Viven hoy demasiados extranjeros en Alemania?” bajó del 79 al 53 por ciento. Expertos de la Universidad de Bielefeld, ubicada en Renania del Norte-Westfalia, han venido realizando un sondeo similar desde 2002, pero formulando sus preguntas con un talante menos tendencioso. También ellos constataron que, en los últimos nueve años, el número de quienes creen que en Alemania viven demasiados extranjeros ha bajado del 55 al 44 por ciento.
¿De qué alemanes se habla cuando se habla de xenofobia?
No obstante, Andreas Zick, uno de los autores del estudio de la Universidad de Bielefeld, advierte que los índices de xenofobia entre los alemanes suben y bajan cada cierto tiempo. El politólogo Christoph Butterwegge lo secunda, señalando que el odio irracional hacia los extranjeros suele ser atizado por cambios coyunturales. “En épocas de apogeo económico, cuando impera el bienestar, la tentación de encontrar a un chivo expiatorio para los problemas sociales no es muy grande”, resume Butterwegge.
A juicio de Zick, cuando los alemanes –independientemente del contexto social en el que se mueven– se sienten amenazados por una crisis económica, sus prejuicios de cara a extranjeros tienden a intensificarse. Lo que ni Zick ni Butterwegge aclaran al explicar esta tesis es de qué alemanes se está hablando cuando se aborda el tema del racismo y la xenofobia en un país marcado por la inmigración y el mestizaje desde hace décadas. Todo parece indicar que se están refiriendo a alemanes de piel blanca. Pero, ¿qué hay de los alemanes que no son blancos? ¿Y qué de los extranjeros que sí lo son? ¿De qué manera se ven influenciados los sondeos sobre racismo y xenofobia cuando se da por hecho que no todos los alemanes son blancos?
Los factores detrás del odio racista y xenófobo
También los discursos que circulan en la sociedad alemana tienen una gran influencia sobre el auge o la atenuación de los gestos y actos racistas o xenófobos, aunque las consecuencias de las discusiones en la arena pública no se dejan predecir fácilmente. A principios de los noventa, el debate en torno a una reforma del derecho de asilo condujo a un florecimiento de la violencia xenófoba, con ataques sistemáticos contra dos edificios habitados por refugiados. En otros casos, el odio irracional hacia los extranjeros parece haber variado muy poco.
Por ejemplo, Zick sostiene que la discusión desatada en 2010 alrededor del libro del político socialdemócrata Thilo Sarrazin, en donde la de los musulmanes es descrita como una comunidad indispuesta a integrarse a la sociedad alemana, no estimuló el aumento de la islamofobia en el país. Al contrario, asegura: “El número de encuestados que dijo estar de acuerdo con la tesis ‘Hay tantos musulmanes en Alemania que a veces me siento como un extranjero en mi propio país’ bajó del 38,9 al 30, 2 por ciento, durante el debate en torno a Sarrazin.
Desmantelando prejuicios raciales y nacionales
Según Ulrich Wagner, psicólogo social de la Universidad de Marburg, Estado federado de Hesse, la diversidad cultural que se vive en las grandes ciudades alemanas es clave para el desmantelamiento de los prejuicios raciales y nacionales. “Los grupos desmontan sus propios prejuicios y estereotipos cuando tienen contacto con otros”, explica Wagner, agregando que, quienes han compartido experiencias positivas con inmigrantes y personas con fenotipos distintos al propio, no se dejan influenciar fácilmente por discursos racistas y xenófobos.
Sin embargo, Wagner desaconseja dar por superada la aversión que muchos alemanes blancos sienten por extranjeros y compatriotas tenidos por extranjeros debido a sus rasgos físicos. “En general, la xenofobia parece perder terreno en el país, pero ese retroceso no se manifiesta de la misma manera en todos los estratos de la sociedad”, asegura el experto de Marburg. El porcentaje de la población que cree que hay demasiados extranjeros en Alemania parece ser cada vez menor, pero sigue constituyendo casi el 50 por ciento.
Autores: Dennis Stute / Evan Romero-Castillo
Editora: Claudia Herrera Pahl