Piden un mayor control parlamentario de los servicios secretos
24 de abril de 2008
Los servicios de inteligencia alemanes (BND) espiaron a una periodista de la revista Der Spiegel, concretamente interceptaron la correspondencia electrónica que mantuvo la reportera con un funcionario afgano a lo largo de seis meses. Pese al revuelo que causó la noticia al tratarse de una clara violación de la constitución alemana, fuentes parlamentarias confirmaron que el responsable de los servicios secretos, Ernst Uhrlau, se mantendrá en el puesto.
Tras el segundo interrogatorio de dos horas de duración ante una comisión parlamentaria, el presidente de la misma, Thomas Oppermann confirmó que habría consecuencias personales pero a nivel de directores y jefes de departamento. El parlamentario externó no obstante su desapruebo por el nuevo caso de espionaje.
Resultado accidental
Según la prensa alemana, los servicios secretos tenían en la mira al ministro de Comercio e Industria de Afganistán, Amin Farhang, cuando cayó accidentalmente en la mira la periodista alemana Susanne Koelbl, colaboradora del semanario Der Spiegel. Los agentes leyeron los mails de la periodista y del funcionario afgano, entre junio y noviembre del 2006.
Oppermann condenó que los agentes hayan conservado los e–mails de la periodista. El parlamentario cristianodemócrata Norbert Röttgen desmintió los rumores sobre una inminente dimisión de Ernst Uhrlau.
Los agentes alemanes instalaron en la computadora de Farhang un troyano informático para espiarlo. Según los reportes de prensa, desde el punto de vista jurídico, los servicios secretos no cometían un delito al espiar al funcionario afgano pues las leyes alemanas valen para sus nacionales.
Contactos con Talibán
Círculos de inteligencia afganos afirman que Farhang se encontraba bajo sospecha de tener contactos con los Taliban. El funcionario afgano participó en las intermediaciones para la liberación de un alemán secuestrado en Afganistán, Harald K. Partidos en la oposición pidieron unánimemente un mejor control parlamentario de los servicios secretos.
También han salido a la luz otros casos de espionaje en Afganistán, que involucran a periodistas. El diario Berliner Zeitung sostiene que el corresponsal de la segunda cadena de televisión ZDF, Ulrich Tilgner fue informado por un alto diplomático alemán que su teléfono había sido intervenido.
La ley no vale fuera de Alemania
Tilgner, quien había tenido contacto telefónico con el ingeniero alemán secuestrado en Afganistán, Rudolf Blechschmidt, preguntó al diplomático si habría distintos estándares jurídicos para los alenaes en Alemania y en el extranjero. "Me quedó claro en ese momento que las leyes que se aplican en Alemania estaban siendo abiertamente ignoradas en el extranjero", dijo Tilgner al diario.
Hace dos años los servicios de inteligencia alemanes fueron protagonistas de otro escándalo de espionaje que también involucraba a periodistas. Los agentes espiaron a varios periodistas para conocer sus fuentes lo que causó indignación en la sociedad alemana. La agencia aceptó detener este tipo de actividades pues infringía con ellas la libertad de prensa.