Patrimonio de la humanidad en llamas
3 de septiembre de 2004En la biblioteca Ana Amalia, un incendio destruyó cerca de 30.000 volúmenes de los siglos 16, 17 y 18. Tanto su valor histórico como la pérdida que ha sufrido el patrimonio cultural alemán es incalculable.
40.000 volúmenes de los 120.000 que se albergaban en esta sede del archivo fueron seriamente dañados por el agua utilizada para apagar las llamas que alumbraron el cielo de la culturalmente tan importante ciudad de Turingia.
Probablemente debido a un fallo eléctrico, el fuego comenzó en el ático del Palacio Verde, una construcción que data de 1562, y que la duquesa Ana Amalia de Sajonia-Weimar y Eisenach (1739-1807) hizo remodelar. En él albergó la biblioteca que en 1998 la UNESCO declaró patrimonio de la humanidad.
El tesoro de los tesoros
A un millón de ejemplares ascendía el total de volúmenes de la biblioteca. Entre sus invalorables tesoros –que ninguna compañía estuvo dispuesta a asegurar- se cuenta la colección de 3900 volúmenes del Fausto de Johann Wolfgang von Goethe, 2000 pergaminos medievales, 8400 mapas históricos, 500 incunables, manuscritos del filósofo Friedrich Nietzsche y una colección de 1000 biblias de entre los siglos 16 y 19. Entre ellas, la biblia de Martín Lutero de 1534 y la primera biblia alemana impresa en tierras americanas en 1743.
Aunque todo el ático y el segundo piso -correspondientes a los volúmenes del siglo XVI- fueron pasto de las llamas, la biblia de Lutero, ilustrada con xilografías, se salvó. Triste suerte, empero, corrió la colección de música de la duquesa Ana Amalia.
Origen ilustrado
La duquesa gustaba de la compañía de famosos ilustrados: a partir del año 1755 en su círculo cercano se encontraban Goethe, el filósofo Johann Gottfried Herder (1744 - 1803), el poeta del rococó Christoph Martin Wieland (1733-1813) y el poeta y traductor Karl Ludwig von Knebel (1744- 1834).
Ana Amalia, princesa de Braunschweig, se casó con el duque de Sajonia-Weimar, del cual quedó viuda a los 19 años. Hasta 1755 –la mayoría de edad de su hijo Carl August- regentó su pequeño reino. En 1761 convirtió el Palacio Verde al estilo rococó y con ayuda de Goethe -quien administró y amplió la biblioteca- hizo de él la sede de una de las 12 bibliotecas más importantes de Alemania.
Seguridad vs. destino
Aunque aún no hay cifras exactas, los daños que sufrió el Palacio Verde asciende a varios millones. Según expertos, la seguridad al cien por ciento no existe nunca en una biblioteca. Sin embargo, para evitar los daños por agua, las estanterías deben estar recubiertas y no debe haber material inflamable cerca de los libros.
Irónicamente, el incendio de la Biblioteca Ana Amalia se produjo justo dos semanas antes de que su contenido fuera acabado de transportar a otras sedes para remodelar, modernizar y equipar adecuadamente las salas que albergaban tesoros del clasicismo alemán.