Las revelaciones sobre actividades de espionaje de la NSA entre usuarios europeos de la red de datos bancarios Swift despiertan indignación en buena parte del Parlamento Europeo. Este aprobó con reticencias en 2010 las exigencias americanas de control de datos. Confrontados a la infracción de la confidencialidad, muchos parlamentarios reclaman ahora la suspensión del acuerdo.