Paraguay, una isla sin acceso al mar
24 de octubre de 2006
Al gobierno de Paraguay le preocupa la utilización política del Mercosur por algunos de sus países miembros, cuando este instrumento debiera servir para tender puentes entre bloques económicos y comerciales. Esto lo manifestó el vicepresidente de Paraguay, Luis Alberto Castiglioni, durante una visita a las instalaciones de Deutsche Welle-TV, en Berlín. “Falta mucho para culminar el proceso de integración comercial para el cual nació Mercosur. Nos preocupa que la entrada de Venezuela, con las características que tiene su presidente, pueda constituirse en un problema para que el bloque económico preferencial que nació en el sur de América pueda relacionarse con otros bloques. En ningún momento el Mercosur ha sido pensado para ser un instrumento eminentemente político, y mucho menos un instrumento político ideologizado”, afirmó.
La soledad paraguaya
Paraguay es, en efecto, una especie de isla en una región donde han surgido gobiernos de diverso corte izquierdista; entre ellos los de Hugo Chávez en Venezuela, Evo Morales en Bolivia, Michelle Bachelet en Chile, Néstor Kirchner en Argentina, Tabaré Vázquez en Uruguay y, no por último, Lula Da Silva en Brasil. La posición paraguaya es particularmente delicada, pues este bloque emergente domina el núcleo de Mercosur. Tal asociación, según Castiglioni, “tiene que ser una herramienta para negociar con otros bloques, no para ser una valla ni un obstáculo para sus miembros”, dijo el vicepresidente de Paraguay.
No obstante, reiteró que Paraguay respetará el acuerdo mediante el cual los miembros de Mercosur decidieron apoyar las pretensiones venezolanas de ocupar un asiento en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, puesto que el gobierno chavista aún disputa a Guatemala.
El peso de la historia
Castiglioni reconoció, de entrada, que Paraguay arrastra lastres históricos como el haber salido de un gobierno autoritario. “En realidad nunca tuvimos una cultura democrática como casi todos los países de América Latina”, señaló, e indicó que su país está en un momento de plena consolidación institucional.
El vicepresidente de Paraguay mencionó, con cifras en la mano, algunos de los logros que a su parecer ha alcanzado el actual gobierno presidido por Nicanor Duarte. “Cuando asumimos el poder en 2003, el país estaba en un momento crítico. La situación fiscal era terrible”. Hoy, después de casi 14 años de déficit fiscal crónico, Paraguay alcanzará en 2006 su tercer año de superávit en esta materia, dijo.
En seguida, indicó que su país registra un crecimiento promedio de 3.56 por ciento para el último trienio. “Preferimos crecer más lentamente, pero más consistentemente”, apuntó. “Paraguay ha decrecido su deuda externa del 45 por ciento del Producto Interno Bruto al 27 por ciento. Es, en este momento, el país con menos deuda externa de toda América, sin un centavo de condonación ni quita de por medio”, enfatizó.
En cuanto a los incentivos fiscales, Castiglioni dijo que el gobierno paraguayo ha aumentado en 300 por ciento la recaudación ¿Cómo? “Expedimos una ley de reforma fiscal que ha rebajado considerablemente los impuestos. El impuesto sobre al renta a las empresas ha bajado del 30 por ciento al 10 por ciento. Implementamos un impuesto personal, pero éste no puede rebasar el 10 por ciento. Aumentamos 77 por ciento nuestras exportaciones. Hemos aumentado nuestras importaciones también, en un 115 por ciento. Pero la mayor parte lo constituyen ahora bienes de capital para la inversión, no para consumo. La inflación no ha alcanzado los dos dígitos.”
Castiglioni manifestó su confianza en que las negociaciones entre Mercosur y la Unión Europea avanzarán positivamente, y destacó el hecho de que Alemania y Paraguay coincidirán en la presidencia de sus respectivos bloques una vez que comience el año 2007. Con la ayuda de Alemania, Paraguay podría remontar la soledad con la que vive en este momento, como miembro del Mercosur.