¿Es Papandreu de fiar?
21 de junio de 2011Publicidad
Los funestos nubarrones que desde hace meses oscurecen el horizonte en Grecia han terminado por hacer imposible todo ejercicio de clarividencia para descifrar su futuro inmediato. Este 21 de junio, las primeras operaciones de las bolsas europeas mostraban una tendencia al alza, estimuladas por la esperanza de que la nación mediterránea pueda seguir pagando su deuda soberana con la ayuda de sus socios en la Eurozona. Por otro lado, la agencia de calificación de riesgos Fitch advierte que está a un tris de tildar a Atenas de insolvente.
Voceros de Fitch Ratings dijeron que una postergación de las fechas de vencimiento de los bonos soberanos griegos sería interpretada como evidencia de que Grecia ha entrado en cesación de pagos –aún si el aplazamiento tiene lugar voluntariamente– y llevaría a la agencia a reducir su calificación crediticia; comentarios que intensificaron la presión sobre el euro. Por si fuera poco, varios prestamistas viajaron a Atenas sin previo aviso para tantear la disposición del Gobierno a implementar impopulares recortes económicos.
Esperando el voto de confianza
De ahí que el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, se haya esmerado en ajustar la balanza de especulaciones con pronósticos optimistas. Tras encontrarse con el primer ministro griego, Giorgios Papandreu, en la noche del lunes (20.6.2011), Barroso dijo estar convencido de que los griegos afrontarían la crisis económica que atraviesan “con espíritu de unidad nacional, pero también con un sentido europeo de responsabilidad”, aludiendo a la serie de votaciones que los parlamentarios y los ciudadanos tienen por delante.
Mucho depende de la votación que tendrá lugar en el Parlamento griego este martes (21.6.2011), en el marco de la moción de confianza introducida por Papandreu. Si los opositores del líder socialista deciden respaldar al Gabinete que éste acaba de reestructurar, los diputados serán llamados el 28 de junio a pronunciarse a favor o en contra de las medidas de austeridad que los ministros de Finanzas de la Eurozona pusieron como condición para auxiliar al país mediterráneo con 12.000 millones de euros.
Trágicos escenarios
Pero si Papandreu no recibe el voto de confianza esperado, los recortes del gasto público –valorados en 78.000 millones de euros–, las alzas impositivas y los programas de privatización estipulados por el estamento de Atenas, la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) se quedarán en el tintero y los préstamos de emergencia no fluirán para salvar al Estado griego de la bancarrota. Y si Grecia no consigue seguir pagando su deuda soberana, aumenta la probabilidad de una crisis financiera como la de 2008.
Mientras tanto, las protestas masivas en contra de las medidas de austeridad siguen dominando las calles en las inmediaciones del Parlamento y el movimiento civil de “los indignados” continúa coordinando manifestaciones para exigir la dimisión de toda la clase política activa en Grecia. Buscando la conciliación, pero sin dar mayores detalles, Papandreu anunció este 19 de junio que los ciudadanos tendrían la posibilidad de votar por las reformas para “modernizar al Estado” en un plebiscito que se realizará a más tardar en otoño.
Autor: Evan Romero-Castillo / dpa / Reuters
Editor: José Ospina-Valencia
Publicidad