Papa vuelve al "continente de la esperanza"
4 de julio de 2015
Jorge Mario Bergoglio vuelve a la América hispanohablante de la que salió hace dos años y cuatro meses para ser elegido obispo de Roma. Desde el 5 hasta el 13 de julio el papa visitará Ecuador, Bolivia y Paraguay en el primer viaje de su pontificado en el que podrá utilizar su lengua madre, el español.
Francisco llega a una América Latina convertida en la vanguardia de la Iglesia gracias al documento de Aparecida, en cuya redacción fue protagonista el entonces arzobispo de Buenos Aires. Este texto elaborado por el episcopado latinoamericano en 2007 marca hoy la acción de Bergoglio como líder de los más de 1.200 millones de católicos.
Para el papa, América Latina es el “continente de la esperanza”, porque de ella se esperan “nuevos modelos de desarrollo que conjuguen tradición cristiana y progreso civil, justicia y equidad con reconciliación, desarrollo científico y tecnológico con sabiduría humana, sufrimiento fecundo con alegría esperanzadora”. Lo explicó en la misa guadalupana que presidió el 12 de diciembre en la basílica de San Pedro.
Connotaciones políticas
La visita tendrá unas indudables connotaciones políticas, como reconoció en una entrevista en Radio Vaticana el secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin. Desde el río Grande hasta la Tierra de Fuego existen hoy “auténticos laboratorios” en los que se experimentan “nuevos modelos de participación, formas más representativas que dan voz también a las franjas de población que hasta ahora no se escuchaban lo suficiente”.
En Ecuador, Bolivia y Paraguay, Francisco promoverá estos impulsos democráticos y tal vez aproveche para desempolvar el sueño de alcanzar un día la “Patria Grande” a la que ya se ha referido en alguna ocasión. En un encuentro con periodistas y diplomáticos en Roma, la encargada de negocios de Bolivia ante el Vaticano, Erika Farfán Mariaca, manifestó que, a su juicio, “la integración latinoamericana, la unión entre estos pueblos, y trabajar para que no existan las diferencias” serán algunos de los mensajes del pontífice.
El gran objetivo del viaje será “reavivar la fe” de los católicos, como manifestó el embajador de Ecuador ante el Estado pontificio, Luis Latorre. Los receptores del mensaje de Francisco no serán sólo los ecuatorianos, bolivianos y paraguayos, pues se espera que cientos de miles de colombianos, peruanos, brasileños, chilenos y argentinos viajen a los países limítrofes para poder ver al papa.
Problemas locales
Pese a las buenas intenciones, la visita de Francisco no está libre de problemas. En Ecuador la Iglesia mantiene “una suerte de tensión” con el Gobierno de Rafael Correa, pues pretende que el espacio público “no esté contaminado con una infiltración de orden religioso”, según dice Antonio Arregui Yarza, arzobispo de Guayaquil y expresidente del episcopado del país andino.
En Bolivia también existen roces entre el Ejecutivo de Evo Morales y la jerarquía eclesiástica, irritada por la intención del presidente de promover una “Iglesia nacional”. Edmundo Abastoflor Montero, arzobispo de La Paz, considera que debe “buscarse la unidad” para evitar enfrentamientos políticos y sociales y confía en que mejoren las relaciones con el poder político.
En Paraguay, última etapa de la visita, Francisco encontrará un episcopado fracturado por el caso de Rogelio Ricardo Livieres. El antiguo obispo de Ciudad del Este fue destituido en septiembre por presunta malversación de fondos y protección de un sacerdote pederasta.