Papa Francisco dedicó misa a los emigrantes
14 de febrero de 2016
Este domingo (14.2.2016), durante el rezo del Ángelus, el papa Francisco pidió por un México “donde no haya necesidad de emigrar para soñar” y que no tenga que llorar por los “traficantes de la muerte”. Después de celebrar una misa multitudinaria en la localidad de Ecatepec, el jefe de la Iglesia católica se refirió a una de las tragedias más lacerantes del país latinoamericano: la de miles de migrantes que sufren extorsiones, secuestros y asesinatos por parte de traficantes de personas en su intento por entrar a Estados Unidos.
El Papa, que el miércoles (17.2.2016) oficiará una misa binacional en Ciudad Juárez, en la frontera con Estados Unidos, invitó a impulsar iniciativas que “ayuden a hacer de esta bendita tierra mexicana una tierra de oportunidad. Una tierra que no tenga que llorar a hombres y mujeres, a jóvenes y niños que terminan destruidos en manos de los traficantes de la muerte”, dijo. “Donde no haya necesidad de ser explotado para trabajar, donde no haya necesidad de hacer de la desesperación y la pobreza de muchos el oportunismo de unos pocos”.
Cuando el papa Francisco oficie el lunes (15.2.2016) una misa con pueblos indígenas en San Cristóbal de las Casas en uno de los actos de mayor simbolismo de su visita a México, lo hará en una ciudad y un estado, Chiapas, de gran dinamismo religioso, resultado de procesos históricos que se remontan siglos atrás. Chiapas, al igual que el resto de México, es predominantemente católico desde el periodo de la Colonia, cuando a partir del siglo XVI los misioneros españoles inculcaron la nueva fe a los pueblos originarios.
Si bien la religión en todo México exhibe diversos grados de sincretismo, en ninguna parte se manifiesta este fenómeno como en Chiapas, en el sureste, donde la fe católica se mezcló con un tenaz misticismo nativo que cedió mucho menos terreno que en otras regiones del país.
ERC ( EFE / dpa )