¿Padece Trump de un trastorno narcisista?
6 de enero de 2018Los profesionales de la salud mental llevan tiempo preocupados por el desolador estado mental de Donald Trump. Ya el pasado mes de febrero, 33 psiquiatras y psicólogos advirtieron en una carta publicada por el New York Times del peligro que, en su opinión, supone el presidente de EE.UU. Hace pocos meses vio la luz el libro El peligroso caso de Donald Trump, en el que 27 autores certificaban los graves trastornos de personalidad del magnate. Sus recientes trinos en Twitter, donde alardea de tener "un botón nuclear más grande y más poderoso” que el de Corea del Norte, con el fin retar al no menos impulsivo Kim Jong-un, y sus ataques hacia Steve Bannon, su antiguo jefe de estrategia, preocupan a propios y extraños. El diagnóstico más habitual es el de trastorno narcisista de la personalidad.
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La psicóloga Bärbel Wardetzki ha publicado varios libros sobre el narcisismo. En entrevista con DW, la experta explica en qué consiste este trastorno, por qué todos somos un poco narcisistas y por qué Donald Trump lo que en realidad debe despertar es lástima.
DW: Señora Wardetzki, creo que soy una persona estupenda. ¿Me convierte eso en narcisista?
Bärbel Wardetzki: No. El concepto de narcisismo no es sencillo de definir. Yo veo el narcisismo como una forma de relacionarse con el mundo que abarca desde el narcisismo positivo hasta el enfermizo. Si alguien dice: "Me veo estupendo”, tiene sencillamente un sentimiento positivo de autovaloración. Son personas que saben lo que es tener dudas sobre sí mismas, pero que son capaces de reorganizarse internamente y darse consuelo y apoyo. Conocen sus cualidades y también sus límites. Muchos creen que eso ya es narcisismo en sentido negativo, pero no, se trata de algo positivo. El narcisismo patológico reside precisamente en un sentimiento de autovaloración gravemente distorsionado, cuyas carencias deben ser compensadas por un "yo” sobredimensionado.
Hablemos entonces de narcisismo en sentido negativo. ¿Tiene Donald Trump un trastorno narcisista de la personalidad?
Es difícil emitir un diagnóstico. Al fin y al cabo, no conozco a Donald Trump y lo único que puedo hacer es interpretar su comportamiento. Es posible que tenga otro tipo de trastorno psicológico, pero lo que salta a la vista es la parte narcisista. Su forma de comportarse, su manera de relacionarse con otras personas y su forma de dividir el mundo en buenos y malos son típicas de ese trastorno.
¿Cuál es exactamente el comportamiento que hace que los profesionales de la salud mental diagnostiquen un trastorno narcisista de la personalidad?
Hay varios criterios a seguir. Por ejemplo, reaccionar de forma airada a las críticas, en lugar de hacerlo constructivamente, porque la persona afectada se siente avergonzada y humillada. La relación con los demás se basa en la explotación, porque se da prioridad a la función del otro: "lo importante no eres tú sino la función que desempeñas para mí”. Además, la persona narcisista tiene un ego sobredimensionado, se siente única y maravillosa. Los narcisistas patológicos tienen fantasías permanentes con el éxito, el poder, el brillo y la belleza sin límites. También con el amor ideal. Se exigen mucho a sí mismos y al mundo que los rodea. Esperan obtener atención y admiración permanentes. Si esto les falla, entran en crisis. A los narcisistas les falta comprensión por los demás, aunque este es un tema controvertido y debatido. Los narcisistas patológicos puede que muestren empatía por otras personas, pero no para sentir emoción de forma conjunta, sino para saber en qué estado se encuentra la persona que tienen delante. Por último, los narcisistas patológicos son extremadamente envidiosos.
Dice usted que un sentimiento de infravaloración subyace en el trastorno narcisista. Cuando Trump alardea de su botón atómico más grande y poderoso, ¿se esconde en realidad el miedo a que sea más pequeño?
Exacto. En el fondo subyace el “no soy suficiente” y ese es un miedo que puede ser existencial. Hay personas que lo padecen y ni siquiera saben quiénes son. Su propia valoración depende de cosas externas: poder, autos grandes o puestos de trabajo relevantes. Pero detrás de todo ello se esconde un niño indefenso que no ha recibido la atención que necesitaba.
¿Nos debe dar pena Trump?
Es una pregunta interesante. Estas personas logran que se las admire o que se las odie. Es difícil compadecerse de ellas. En realidad, necesitarían a alguien que les dijera: "Pobrecito"...
Autora: Julia Vergin (MS/DZC)
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